Por Adriana Sandro*
Hoy en día las mujeres no están siendo lo suficientemente estudiadas, al menos en lo que a Trastornos del Neurodesarrollo se refiere. Éstos son alteraciones biológicas que se producen durante el desarrollo del cerebro que afectan el funcionamiento en áreas como el aprendizaje, la socialización y la comunicación.
Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son Trastornos del Neurodesarrollo relacionados al déficit persistente en la comunicación recíproca e interacción social más la presencia de conductas estereotipadas e intereses restringidos, muchas veces asociados a dificultades sensoriales.
Recién en 2012 se desarrolló el “Autism Pink”, un proyecto europeo de concientización del Autismo en Mujeres centrado en su calidad de vida. Hoy se sabe que la presentación de autismo en las mujeres puede ser diferente.
“El desarrollo de habilidades de adaptación permite a las mujeres enmascarar sus síntomas para que parezcan 'neurotípicas' dificultando su diagnóstico. Esto lo hacen por su necesidad de pertenecer y encajar”, explicó la médica psiquiatra Rosangela Goncalves Meira durante el Primer Congreso Internacional de Sexología en la Universidad de Buenos Aires, organizado por la agencia Vedra y la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (Sash).
El detalle de algunas posibles habilidades que desarrollan las mujeres:
- Imitar expresiones faciales y lenguaje corporal.
- Practicar respuestas sociales o plantear temas de conversación antes de interactuar.
- Suprimir conductas repetitivas o estereotipadas.
- Asumir roles sociales o comportamientos que consideran esperados en situaciones específicas.
Este camuflaje autista tiene sus consecuencias: el subdiagnóstico, diagnósticos erróneos y diagnóstico tardío. Además de demandarles un enorme esfuerzo que les genera estrés por agotamiento llamado "Burn out autista".
La supervivencia social tiene un alto costo emocional para las mujeres autistas que pasan desapercibidas en sistemas médicos y educativos como consecuencia del desconocimiento de las sutilezas del camuflaje. Por eso es clave poder hacer un diagnóstico correcto a tiempo para que el estrés no se transforme en su forma de vida.
* Adriana Sandro es periodista en Telefe Noticias y Psicóloga y Sexóloga UBA y especialista en Trastornos de la Alimentación - MN 53315
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