El martes pasado, en plena avenida Corrientes al 900, el músico Enrique Fasuolo, de 85 años, vivió un episodio que jamás imaginó. A las dos de la tarde, un ladrón armado lo asaltó y le arrebató su preciado bandoneón, un Germania de nácar, valuado en 3.000 dólares, que había comprado en los años '80 y que ya no se fabrica. "Me quedé sin mi voz, sin mi forma de expresarme", comenta el bandoneonista, visiblemente afectado.
Fasuolo siempre estuvo vinculado a la música. Desde su rol como maestro y director del Conservatorio Nacional hasta su pasión por tocar el piano y el bandoneón en las calles y estaciones de subte de Buenos Aires. Dedicó 40 años de su vida a ser artista callejero, se encontraba guardando su instrumento cuando un hombre de unos 40 años lo abordó, le apuntó con un arma y se llevó el bandoneón. "Me quedé paralizado, entregué el instrumento y solo pude decirle: 'Que Dios te bendiga'", recuerda Fasuolo.
El robo ocurrió frente a numerosos peatones, sin que nadie interviniera. Además del bandoneón, el ladrón se llevó 25 mil pesos y el reloj que Fasuolo llevaba en su muñeca.
Su amigo y alumno, Carlos Alberto, quien lo acompaña en este difícil momento, señala que no es la primera vez que roban bandoneones y que existe un mercado negro para estos instrumentos.
El bandoneón robado, un Germania de 1930, era más que un objeto para Fasuolo; era su compañero de vida. Lo cuidaba y afinaba con esmero. "La incertidumbre de no saber dónde está me mata", expresa con tristeza.
A pesar de ser jubilado y no depender económicamente de la música, Fasuolo tocaba por amor al arte.
La comunidad musical mostró su apoyo a Fasuolo. Raúl Lavié le envió un video manifestando su consternación y deseando que el ladrón recapacite y devuelva el instrumento.
"Quiero volver a tocar cuanto antes. La calle es mi mejor escenario", señala el músico.
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