Un hombre y su hija esperaban el colectivo, pero cuando la unidad llegó a la parada, no se detuvo porque iba lleno ante la merma de transporte público en Córdoba capital.
Enfurecido porque su hija llegaría tarde a la escuela, se puso adelante del colectivo y hasta se colgó del espejo retrovisor al grito de "¡Abrí la puerta, tenés que llevarme!".
La empresa ERSA dejó la concesión de los transportes de pasajeros en la ciudad.
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