En la 48° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires la autora y referente de la transformación educativa Laura Lewin presenta su nuevo libro el 1° de mayo a las 16, en la sala Ernesto Sábato.
En el libro, la autora comparte su experiencia, su visión y enfoques dinámicos, creativos y eficientes sobre cómo transformar la educación. En sus páginas hay consejos prácticos, ejemplos motivadores, ejercicios interactivos y más de 500 ideas para el aula.
“En el contexto de este libro, “hackear” va más allá de aplicar soluciones creativas y eficientes. Un “hack” es una estrategia o técnica que desafía las normas convencionales, proponiendo métodos rápidos y efectivos para mejorar la enseñanza y el aprendizaje", sostiene Lewin.
Se trata de soluciones prácticas y estrategias concretas para desaprender los viejos paradigmas y desbloquear métodos más potentes y efectivos. Sus “hacks” están diseñados para redefinir el enfoque pedagógico en las aulas y enriquecer los métodos de enseñanza, liberando así el potencial de los estudiantes.
Lewin es una referente de la innovación en educación y de la transformación educativa. Con una amplia experiencia internacional como formadora docente, es oradora TEDx, y ha impartido cientos de talleres de capacitación en Sudamérica, América Central, el Caribe, Estados Unidos y Europa.
Su enfoque innovador y práctico la ha convertido en una figura clave para las instituciones educativas, así como para organismos públicos y privados. Ha asesorado y dictado capacitaciones para Ministerios de Educación tanto en Argentina como en el extranjero.
Entre sus obras, se destacan: Gestión educativa en acción (Noveduc); El aula afectiva (Santillana); Que enseñes no significa que aprendan (Bonum); Anita & Ben (Hola Chicos); Aulas motivadas (Hola Chicos); Mejores directivos, mejores instituciones educativas (Bonum); Fuertes y felices (Bonum); La nueva educación (Santillana); Las sillas no son para sentarse, son para pensar (Santillana); #¡Hola, Directivos! (Bonum); Además, es coautora de La educación transformada, junto a Fredy Vota (Santillana).
“Nuestra tarea como educadores es caminar al lado de nuestros estudiantes, acompañarlos en su viaje y brindarles el tiempo y el espacio necesarios para que logren aprender. Debemos proporcionarles un ambiente adecuado para que puedan desarrollarse y crecer en todo su potencial. Al respetar sus ritmos individuales de aprendizaje, creamos un espacio donde puedan explorar y descubrir sus talentos y habilidades de manera significativa, por eso debemos alejarnos de la expectativa de un progreso uniforme, que solo beneficia a algunos (...) Imponer un ritmo uniforme para todos puede ser desalentador y limitante, ya que algunos estudiantes pueden sentir que van muy lento, mientras que otros pueden sentirse abrumados”, subraya.
“Si un estudiante obtiene una calificación perfecta, se va a poner orgulloso; es bueno para su ego, pero tal vez no exista un aprendizaje de esa valoración. ¿Qué se lleva, además de una buena nota? En lo personal, al entregar trabajos de los estudiantes, aunque estén muy bien ejecutados, me gusta mucho hacer una devolución para que tomen conciencia de sus fortalezas y capacidades e, incluso, marcar los puntos fuertes cuando el trabajo muestra deficiencias. Al aceptar y naturalizar los errores, capitalizándolos, el docente comunica una lección invaluable sobre la vida. Al no esperar la perfección la primera vez, el docente acentúa la noción de que podemos mejorar, aprender y ser cada vez mejores”, sostiene.
“Aceptar trabajos de baja calidad no beneficia a nadie. Al desafiar a los estudiantes y apoyarlos en su camino hacia lo mejor que pueden dar, los estamos preparando para su mejor futuro. Como veremos más adelante en este mismo hack, el trabajo con rúbricas podría ayudar a los estudiantes a llegar a niveles más altos”, concluye.
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