En vísperas del 1° de agosto, Día de la Pachamama, muchas personas ya tienen lista su caña con ruda para recibir el mes con un gesto cargado de simbolismo. La tradición, de origen guaraní y muy presente en el norte y centro del país, se practica como una forma de pedir protección frente a los males del invierno, agradecer a la Madre Tierra y atraer buenos augurios.
La ceremonia consiste en beber tres tragos de caña macerada con ruda macho, durante la mañana y en ayunas. Juan, un comerciante que vende este preparado, aseguró que la costumbre crece año a año: “La gente hace cada vez más la tradición”. La petaca de vidrio de 200 ml se vende a 3.500 pesos. “El año pasado se vendía a 3 mil. No ha aumentado mucho”, explicó.
Sobre la preparación, indicó que se puede hacer en casa: “Se compran una caña, se cosecha la ruda o se compra en un vivero, y se macera un año antes. La clave está en macerarlo. Seis meses antes por lo menos, para que se cocine la ruda con la caña”. Y aclaró que el ritual debe hacerse por la mañana: “Eso te da buenos augurios para todo el año”.
Con el paso del tiempo, el ritual dejó de ser algo exclusivo de las zonas rurales o de personas mayores. “Hoy es un ritual muy conocido, así que vienen chicos jóvenes, gente adulta, estudiantes… todo el mundo”, relató. Además de su simbolismo espiritual, también se le atribuyen beneficios físicos y energéticos: “Ahuyenta las malas ondas, y trae beneficios a la salud. Anteriormente, en la historia de la humanidad, la ruda era utilizada para ahuyentar los males, en el campo para curar los animales, y la caña para el frío”.
Cada 1° de agosto, la Pachamama vuelve a estar en el centro del calendario ancestral. Y con ella, este gesto sencillo pero poderoso: beber caña con ruda para honrar la vida, agradecer y empezar el mes con fuerza.
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