Portada  |  30 julio 2019

Buscan escaladores de elite para despejar el derrumbe de la ruta 40

Sobre la traza hay 2.000 toneladas de rocas y una pared aún más pesada a punto de caer. La acción es de extremo riesgo y tardará, como mínimo, veinte días.

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Las autoridades calculan que se necesitará la participación de un equipo de escaladores de elite para remover las 2.000 toneladas de roca que cortaron la ruta 40 a la altura de Villa La Angostura.

Los escaladores deberán acarrear gatos hidráulicos, con los cuales forzarán la caída de la pared, que está inestable. Además, instalarán mallas metálicas. Otros operarios levantarán muros de contención, repararán el pavimento y, finalmente, las máquinas despejarán el desastre.

Los cálculos más optimistas hablan de 20 días de labores. Los pesimistas de tres meses completos.

Los trabajos demandarán un costo de entre 100 mil y 150 mil dólares. De los cuales 15 mil dólares estarán dirigidos a los escaladores. Es mucho menos que los presupuestos que se barajaban inicialmente, explica Clarín.

Los especialistas explican que no es posible realizar ningún tipo de limpieza mientras la cuña se mantenga "bailando" sobre sí misma. Todo indica que su posición es frágil. Cerca al sector del derrumbe se escuchan crujidos y piedras del tamaño de una pelota de beisbol caen continuamente.

A lo largo de la semana, los expertos de Vialidad Nacional llamaron al ingeniero que originalmente abrió la brecha en la montaña para pavimentar el camino en los 90. Después contactaron a especialistas de San Juan con historia en este tipo de tareas de alto riesgo.

La solución más obvia es la peor de todas, reconocen. Utilizar explosivos para acelerar podría "fragilizar el corazón de la montaña", explica un ingeniero en medio de la ruta, mientras corre el viento y el frío cala los zapatos más gruesos. "Fragilizar" implica crear una cadena de acontecimientos destructivos que se extenderían hacia los costados y el fondo.

Otra posibilidad que se analizó fue verter líquidos en la grieta que separa la cuña del cuerpo principal del macizo. Son fluidos con la cualidad de ensancharse pasados unos minutos.

La opción que triunfó sobre las demás es ubicar detrás de la muralla oscilante una serie de gatos hidráulicos o máquinas expansoras horizontales que presionen la roca hasta su declinación.

Pero instalar los gatos no es sencillo. Las herramientas deberán ser bajadas por escaladores profesionales hasta la "espalda" del filón. Sólo una vez allí se podrá iniciar el procedimiento de empuje.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, de manera constante, caen desde las alturas piedras de diverso tamaño a mucha velocidad, que podrían golpear a los escaladores y herirlos.

Según trascendió, los operarios y escaladores de la empresa de San Juan llegarán este martes a última hora a San Martín de los Andes e iniciarán el proceso en el derrumbe el miércoles a la mañana.

"Debemos pensar en la seguridad de los escaladores y de los operarios. Para avanzar hay que hacer caer la roca, que tiene una grieta de un metro o más, después poner mallas y muros y luego despejaremos para que la gente pueda pasar segura", explica Patricia Gutiérrez, directora de Vialidad Nacional. "Acá el principal problema es el riesgo, pero lo vamos a hacer, hay una zona dura en la roca desde la cual los escaladores van a poder sostenerse. Y la malla de sujeción dinámica va a poder contener piedras del tamaño de una camioneta", agrega.

La montaña fue abierta a principios de los 90 con el propósito de pavimentar lo que hasta ese momento era uno de los tres caminos rurales que comunicaban a La Angostura con el mundo. Los otros dos corrían, uno por arriba de la montaña y otro junto a la costa.

El cuerpo rocoso está compuesto por capas milenarias y desde hace 40 años sus paredes permanecen desnudas y expuestas.

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