María, una mujer que vive en Rafael Castillo -en La Matanza, provincia de Buenos Aires- cavó una zanja de dos metros de profundidad por unas 10 cuadras para evitar que le tomen unos terrenos de su propiedad en esa zona del conurbano.
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"Apenas comenzó la toma fui a la Justicia. Me dijeron que tenía que esperar seis meses y que primero debían censar a las criaturas. Finalmente, el tiempo pasó y las familias se asentaron. Presentamos las escrituras, pero las organizaciones sociales apelaron la medida", cuenta la mujer.
María posee en total 26 hectáreas que eran de su padre, de las cuales 20 ya fueron usurpadas. Ahora teme que este descontrol continúe. "Vine a decirles que se vayan y estaban con una tumbera", relató María.
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