Las nuevas tecnologías llegaron al terreno de la fe. Cada vez más aplicaciones y chatbots permiten a los usuarios interactuar con figuras religiosas, muchas veces asegurando ser Dios o Jesús, a través de inteligencia artificial.
El fenómeno crece a pasos agigantados, algunas de estas apps ya superan los 30 millones de descargas y están disponibles para distintas religiones. Sin embargo, ninguna institución eclesiástica respalda oficialmente estos recursos tecnológicos, lo que genera un intenso debate sobre su uso y veracidad.

Especialistas señalan que la popularidad de estas herramientas refleja una especie de “epidemia” social de soledad, en la que muchas personas buscan compañía y orientación espiritual a través de medios digitales.
Consultada sobre el tema, la Iglesia expresó su postura respecto a este tipo de recursos tecnológicos orientados a la religión, señalando la importancia de distinguir entre la fe auténtica y las simulaciones digitales.
El fenómeno plantea preguntas sobre los límites de la tecnología y cómo la creencia espiritual se adapta a la era digital.
Comentarios