Unos 100 chicos de entre 11 y 13 años del colegio evangelista alemán Luis Siegel, de la localidad bonaerense de Los Polvorines, partido de Malvinas Argentinas, estaban en la puerta del colegio listos para viajar a la costa atlántica de viaje de egresados. Pero los cuatro choferes -dos por micro- dieron positivo y se les incautaron sus licencias, por lo que la empresa Rutamar (que pertenece a Vía Bariloche) llamó a un quinto, que tampoco pasó el test.
Los cinco choferes de micros de la empresa Rutamar, que iban a trasladar a chicos de sexto grado a su viaje de egresados a La Lucila del Mar dieron "positivo" en los controles de narcolemia que les realizaron el lunes, por la mañana, justo antes de partir.
"Cuatro dieron positivo por consumo de metabolitos de cocaína y el quinto por uso de anfetaminas", dijeron desde la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT).
Según explicaron al diario Clarín Ariel Bravo (45) y Miriam Formenti (52) padre y madre de Victoria (12) y Alan (13) alumnos, "la salida estaba prevista a las 8.15 y terminaron saliendo cinco horas después".
Bravo y Formenti contaron "que una de las madres del curso de mi hija llamó a CNRT para pedir que les hicieran un control alcoholemia y narcolemia a los conductores, quienes se sorprendieron al ver a los inspectores de la CNRT a las 8, un rato antes de pautada partida. Lo loco es que ninguno de los cuatro choferes pasó el test. Y llamativamente no por un tema de alcohol, sino por sustancias", remarcaron preocupados.
"Había tensión, confusión y mucho nerviosismo", se sumó Marisa Cejas, mamá de Elio Espeche (11). "Por un lado, los chicos querían irse y se sentían decepcionados ante cada control; por otro, los padres se sentían traicionados por los conductores, que nunca admitieron su estado de salud", describe Cejas, que no podía creer la escena digna de una película de Fellini. "Los choferes dijeron que estaban tomando medicamentos para curar una gripe", acotó Formenti.
La escena se crispó cuando los inspectores de la CNRT les retuvieron las licencias a los choferes, que se resistieron al principio, pero terminaron cediendo ante la presión de los padres, que fueron testigos en vivo de los controles. La empresa Rutamar, finalmente, consiguió a cuatro choferes que estaban en condiciones de manejar.
Muchos padres estaban temerosos y no querían que sus hijos viajaran, por desconfianza a la empresa de viajes, porque al parecer no funcionaban los aire acondicionados y en los controles, además, se supo que el matafuegos de uno de los micros estaba vencido. Finalmente accedieron todos, aunque a regañadientes. "Yo quería agarrar a Elio y llevármelo a casa", hizo saber Cejas.
Para colmo, en medio de la mañana, una amenaza de bomba al colegio Siegel incrementó el caos y la confusión, ya que la Policía ordenó la evacuación. "Es muy raro, mucha casualidad esa amenaza justo cuando estaban con el procedimiento de los controles a los choferes, ¿no?", señaló Bravo suspicaz.
Los padres del Siegel también pedirán controles para el regreso de sus hijos, que será el viernes próximo. "Tenemos miedo que no les hagan las pruebas a los choferes, por eso pedimos ayuda para que les hagan los controles correspondientes antes de emprender la vuelta", exigen.
Desde el departamento psicofísico de la CNRT afirmaron que "es bastante común el consumo de hojas de coca, especialmente para mantener alguna actividad durante los largos viajes. Nosotros, desde aquí, estamos trabajando para desmotivar esta tendencia, en parte con los controles. Es un hábito como fumar".
En el caso de los choferes de Rutamar a quienes se les retuvo la licencia, "se les volverá a realizar un test este jueves y allí veremos si aparecen otras sustancias. Si vuelven a dar positivo se los suspenderán por 90 días y se los instará a realizar un tratamiento de salud. Si el consumo fue sólo de hojas de cosa, es probable que el jueves el control dé negativo".
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