La investigación por los 469 kilos de cocaína incautados en un buque en el puerto de Vicentin, en San Lorenzo, sigue sumando pistas internacionales. Mientras las autoridades analizan el origen y destino del cargamento, todas las miradas apuntan ahora al puerto de Montevideo, Uruguay, donde se sospecha que la droga fue cargada antes de su arribo a Argentina.
Por el momento, el único detenido con prisión preventiva es Jonathan Caputero, el cocinero filipino de 50 años que trabajaba en la embarcación. Según fuentes del caso, Caputero admitió haber contaminado la carga con los ladrillos de cocaína. Los investigadores creen que la maniobra se realizó cerca de la capital uruguaya, ya que los paquetes tenían restos de agua salada.
El buque había recalado previamente en aguas cercanas a Montevideo antes de arribar a San Lorenzo y, tras su paso por el cordón industrial, tenía previsto volver a la terminal uruguaya con destino final en Ámsterdam, Países Bajos, lo que refuerza la sospecha de que la droga ingresó en territorio uruguayo.
Además, el puerto de Montevideo ya estaba bajo la lupa por otros casos recientes de narcotráfico. Días antes del hallazgo en San Lorenzo, la policía colombiana decomisó casi dos toneladas de cocaína en Buenaventura, en un contenedor que había pasado por Uruguay rumbo a México.
En cuanto al caso en Argentina, la Justicia intenta determinar qué organización estuvo detrás del envío de droga y si hubo más cómplices dentro del barco. Se investiga si otros tripulantes colaboraron en ocultar los paquetes en distintos compartimentos del buque. El capitán de la nave, en cambio, está exceptuado de sospechas, ya que fue quien alertó a las autoridades tras hallar los bultos en una cámara frigorífica.
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