En la madrugada de Quilmes, la vida de Lautaro Abreu, un joven de 22 años, se interrumpió abruptamente. Circulaba en su moto recién comprada por la avenida Tomás Flores, a la altura del 1300, cuando un patrullero de la Policía Bonaerense lo embistió de frente. El móvil policial, que circulaba sin luces ni sirena y a contramano, cruzó de carril y provocó un impacto tan violento que Lautaro salió despedido por el aire. La caída fue mortal.
Todo quedó registrado por una cámara de seguridad ubicada dentro de un predio sobre la misma avenida. Esa grabación, conseguida por la propia familia de Lautaro tras recorrer la zona, resultó clave para la investigación judicial. En los primeros minutos tras el hecho, la versión policial hablaba de una persecución: según los efectivos, Lautaro era el tercer sospechoso luego de que ya habían detenido a otras dos motos. Sin embargo, ni la familia ni la justicia creyeron esa explicación.
Patricia, la mamá de Lautaro, relató el doloroso momento en que se enteró del accidente: “A eso de la una más o menos, me vienen a avisar que a él le había pasado algo. Llegamos al lugar y la policía había cortado ya casi dos cuadras antes y no nos permitía pasar. Cuando llego a donde estaba ya casi cerca, me agarran las policías, me empezaron a empujar, no me dejaban pasar, yo les decía que era la madre y que no me daban respuesta a nada, que era lo que había pasado, que me den una explicación de lo que había pasado y ninguno me quiso dar ningún tipo de explicación, en ningún momento me dijo que el patrullero lo había atropellado ni nada. Los tres que estaban en el patrullero que asesinaron a mi hijo, ya no estaban, ya lo habían sacado del lugar”.
La familia de Lautaro insiste en que él era un chico trabajador, buen amigo, buen hijo y nieto, y que no se merecía ese final. “Nosotros pedimos justicia, que paguen lo que le hicieron a mi hijo, que no tienen por qué estar libres como si no hubieran hecho nada”, reclamó Patricia.
La investigación, a cargo de la fiscal Jimena Santoro, cambió de rumbo gracias a la cámara de seguridad. El registro del 911 y el hecho de que el patrullero circulaba sin luces ni sirena pusieron en duda la versión inicial de los policías. Ahora, la justicia investiga un homicidio y no una persecución, como se sostuvo en un primer momento.
Mientras tanto, la Policía Bonaerense no emitió ningún comunicado oficial sobre el caso. Solo un vocero transmitió la versión inicial de los efectivos involucrados. El silencio oficial contrasta con el dolor de la familia Abreu, que busca respuestas y justicia para Lautaro.
El dramático reclamo de la familia de Lautaro, el joven de 22 años que murió atropellado por la Policía
La familia de Lautaro Abreu pide justicia tras el choque fatal con un patrullero de la Policía Bonaerense que le quitó la vida.
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