Todo comenzó hace aproximadamente un año cuando Nicolás, egresado de la Escuela Normal N°1 de la ciudad de Buenos Aires, junto con siete amigos decidieron confeccionar una bandera argentina que representara la unión de nuestro país.
Mercedes, Liliana, Jorge, Astrid, Alejandra, Eduardo, Beatriz y Nico, provenientes de diferentes provincias pero unidos por un mismo objetivo, pusieron todo su amor y pasión en ese proyecto: simbolizar la unidad del país a través de una insignia en la que todos participaron.
Entre risas, charlas y mucha dedicación, la bandera fue tomando forma, llevando consigo el espíritu y la pasión de cada rincón de la patria.
"Fue un esfuerzo conjunto que recorrió las rutas del país, uniendo corazones y mostrando lo mejor de nuestra cultura y tradición", señala con orgullo Beatriz Brito, mamá de Nicolás.
Una escuela con 150 años de historia
La Escuela Normal Superior n.º 1 en Lenguas Vivas “Presidente Roque Sáenz Peña” es uno de los establecimientos educativos más antiguos e importantes en la ciudad de Buenos Aires.
Fundada en 1874, ofrece los niveles inicial, primario, secundario y terciario.
En un primer momento, el establecimiento se instaló en la Quinta de Cambaceres, en el comienzo de la actual avenida Montes de Oca en Barracas, mientras se diseñaba y construía su edificio definitivo en el barrio de Recoleta, una zona todavía suburbana y marginal en aquellos años.
Finalmente, la escuela se mudó a su sede definitiva en 1880, ocupando una manzana completa entre la Avenida Córdoba y las calles Riobamba, Paraguay y Ayacucho.
Entre sus docentes, destacan Rosario Vera Peñaloza, Cecilia Grierson, Hipólito Yrigoyen, Alicia Moreau de Justo, Eduardo L. Holmberg y Emma Nicolay de Caprile, que contribuyeron a formar el país.
En su 150° aniversario, como exalumno, Nico entregó a las autoridades de la institución la bandera que él y sus amigos habían confeccionado.
"El momento fue realmente emotivo y significativo, compartido con autoridades, estudiantes y ex profesores, que han sido testigos del legado educativo y cultural de la institución", indicó su mamá.
"Es un recordatorio de que, cuando nos unimos con amor y dedicación, podemos lograr grandes cosas y dejar un legado que perdurará por generaciones", concluyó.
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