Portada  |  02 enero 2018

La invasión de tapiocas complica las zambullidas en el mar de Pinamar y Gesell

"Se recomienda una ducha de agua dulce, no refregarse las partes sensibles y en caso de que continúe el ardor, consultar con un médico", aconsejó Juan Manuel Martínez, subdirector de las playas de Villa Gesell.

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Los turistas de Villa Gesell y Pinamar están preocupados. Pese al calor infernal les costó acercarse al agua. Una invasión de tapiocas, una especie de aguavivas imperceptibles a simple vista, espantan hasta los más osados que buscan refrescarse con un chapuzón.

Si bien algunos vecinos e históricos visitantes de estos lugares aseguran que no es la primera vez que oyen hablar de este tipo de medusas, son muchos los que durante los últimos días se sorprendieron al sufrir picazones en algunas partes de su cuerpo. Las tapiocas miden entre uno y dos centímetros, son transparentes y tienen ocho tentáculos de los cuales cuatro son los que tiene veneno.

El viento que sopla desde el continente hacia el mar, el de tierra, es el que las atrae y se quedarían un tiempo más. Según el pronóstico nacional, el calor y el viento norte seguirán toda la semana, a excepción del jueves, por lo que nada las ahuyentaría por ahora.

El roce de la tapioca genera un prurito que provoca picazón, pero no es para alarmarse. Suele atacar generalmente en zonas sensibles del cuerpo como en los genitales, axilas, párpados o en la boca. El ardor suele irse en unas horas y se alivia con agua dulce. El vinagre es otro buen aliado para calmar la zona afectada.

"Se recomienda una ducha de agua dulce, no refregarse las partes sensibles y en caso de que continúe el ardor, consultar con un médico", aconsejó Juan Manuel Martínez, subdirector de las playas de Villa Gesell.

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