La conductora del vehículo, agente de la Policía Bonaerense, hizo bajar de su auto a sus tres hijos y pidió que le cargaran gas. De repente el vehículo, un Ford Fiesta blanco, explotó y sus partes volaron en pedazos.
Pero lo más increíble de la secuencia es que con los restos del rodado surgió una nube blanca y un polvo que cayó como lluvia, en suspensión, tras la onda expansiva: era cocaína que estaba oculta en el coche.
La secuencia -de 19 segundos- quedó registrada por la cámara de seguridad del negocio, ubicado en la esquina de Palacios y Nahuel Huapi de la ciudad salteña de Orán. Sucedió bien entrada la noche de este miércoles, a las 23.34. Por la explosión no hubo víctimas, pero sí una detenida. Y uno de los hijos debió ser trasladado al hospital porque resultó con cortes.
La conductora, identificada como Sofía Chaparro, cayó presa por orden del juez federal Gustavo Montoya. Su auto tenía escondidos panes de droga acomodados en el tanque, que explotó ante la carga del GNC y retumbó en la noche de la ciudad de Orán, a 239 kilómetros de la capital de Salta.
Aún falta cuantificar la cantidad de cocaína con la que el vehículo había sido equipado y qué destino tenía.
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