Navegar en un velero recorriendo paraísos terrenales es, sin duda, el sueño de muchísimas personas. Paula y Carlos son una pareja de cordobeses que no se quedaron con la opción de que eso permaneciera como un simple anhelo. Se sentaron a planificar y, tiempo después, concretaron su objetivo.
“El sueño de todo navegante es siempre navegar por el mundo. Lo normal es que siempre es un sueño, justamente. Y un día dijimos ‘¿Por qué nosotros no lo podemos hacer?’ y empezamos a ver la viabilidad del proyecto y dijimos ‘se puede hacerlo’ y empezamos a trabajar en este viaje”, contó Carlos sobre el origen de la aventura.
Pero semejante travesía no puede hacerse sin una planificación previa. “Nos tomó un poco más de un año de preparativos, de ver a qué países íbamos a ir, si había puerto, profundidad para ir con el barco, dónde podemos repararlo, si necesitamos visa, qué tenemos que conocer en cada país”, dijo Carlos.
Con todo planificado, el 1 de septiembre de 2024 esta pareja soltó amarras para remontar toda la costa de Latinoamérica y el Caribe. Más de 7 meses después, su recorrido los encuentra en Bahamas.
“Yo navego desde que lo conozco a él, hace 12 años. Mi currículum es un poco más breve. Carlitos ya cruzó dos veces el Atlántico, ha ido a Galápagos, ha recorrido el Caribe también navegando. Tiene trayectoria y conocimiento. Es una persona que es estudiosa. Previo al viaje nos capacitamos en meteorología, en un montón de cuestiones, hablamos con otros navegantes”, dijo Paula y añadió: “Ahora solo queda seguir para adelante”.
Con “La Linda”, como se llama su embarcación, ya recorrieron 17 países. Es un velero que pesa 17 toneladas, según le comentaron a Telefe Noticias Córdoba.
En cuanto a cómo se llevan ellos como pareja arriba del velero, Carlos explicó que “el barco tiene algo que es muy particular, que el espacio es muy reducido. Por eso es muy importante elegir la persona correcta para embarcar, porque en el medio de la nada no está la opción de decir ‘yo me bajo y vos seguí’”.
Paula, por su parte, amplió: “Hay algunos momentos claves que son sensibles. Cuando uno fondea, es decir tira el ancla, o una llegada a puerto, son situaciones en las cuales se ponen un poco más rústicas las cosas, roza un poco más”. “Son momentos más de tensión. Una vez que amarramos, automáticamente la tripulación se relaja y ya pasa a ser un momento festivo porque llegamos al destino y cambia totalmente el estado de ánimo en el barco”, agregó Carlos.
Entre las cosas que deben planificarse al momento de navegar, prevenir el accionar ante emergencias de salud es, probablemente, lo más complejo. Sobre eso, Paula aclaró: “Nosotros venimos con tres tuppers enormes. Tenemos desde inyectables, para lo que se te ocurra. La madre de Carlitos es médica, nos ha enseñado algunos tips básicos: cómo inyectar, hicimos también una tabla sobre qué tomar de acuerdo con lo que te suceda”. Además, “nosotros armamos todo el listado de centros médicos que hay a lo largo del Caribe. A un amigo se le desprendió una retina cruzando el Atlántico y cayó a un hospital en Barbados, que es uno de los mejores. Son datos que te vas pasando entre navegantes”.
La cuestión climática es otro de los aspectos fundamentales al momento de embarcar. Así lo explicó Carlos: “La meteorología es la que nos fija los puntos a nosotros de los horarios. Si es buena, aprovechamos para avanzar lo más que podamos cuando estamos yendo de un punto a otro. En el caso por ejemplo de Bahamas, donde estamos ahora, es un lugar que de noche no está recomendado navegar, porque hay muchas cabezas de coral, muchos bajofondos y la corriente es muy fuerte en determinados momentos. Entonces, nosotros sabemos que a las 18.30hs se hace de noche, por lo tanto a las 17.30hs es el último horario que fijamos para navegar”.
“En los tramos largos aprovechamos directamente para navegar día y noche, que estamos lejos de la costa y no hay ningún problema. Tenemos electrónica para ver si hay alguna embarcación cerca, así que eso no es ningún problema”, aclaró.
¿Y la gastronomía? “Hacemos asados, tortilla de papa, tartas, ensaladas, lo que se les ocurra. Es lo mismo que en la casa de uno. Por ahí sí los horarios se pegan. Te salteas el desayuno y pasas al almuerzo tardío, porque aprovechaste para esnórquel antes, o bucear”, contó Paula, mientras que Carlos agregó: “O en navegación, si la meteorología no es buena, la comida la postergamos o comemos algo mucho más liviano si hay mucho oleaje”.
Quizás, al momento de proponerse un sueño como el de esta pareja, lo primero en lo que muchos piensen es en lo económico. Pero Carlos derriba mitos: “Es una de las mejores cosas que tiene la náutica. Es un deporte totalmente abierto con el tema del presupuesto. Nosotros compartimos islas con barcos que valen millones de dólares, que no es el caso del valor del nuestro. Y estamos compartiendo el mismo paraíso. En la última semana siempre estuvimos en islas que solamente fondeamos el ancla y realmente no tenés nivel de gastos. Nos propulsamos con el viento, a través de las velas, y solamente vamos a puertos para hacer trámites administrativos, o reparaciones, más allá del gasto básico de comprar combustible, comida. Pero es un viaje muy abierto con respecto al tema de los gastos”, concluyó.
Así, sin prisa y sin pausa, Paula y Carlos navegan llevando la bandera de Argentina por las aguas del mundo, cumpliendo su sueño de seguir conociendo los paraísos que el mundo tiene para ofrecer.
Comentarios