Portada  |  16 marzo 2018

Maltrataba a su mujer, se separó y ahora es voluntario en una ONG contra la violencia de género

Rubén colabora desde hace tres meses en la institución y tras contar su historia, expresó su deseo de que otros hombres "se animen a pedir ayuda para cambiar".

Actualidad

Rubén Darío Otero, un panadero platense de 45 años, discutió una mañana con su mujer y decidió pedir ayuda después de tomar conciencia que cada vez que ello sucedía, perdía el control y terminaba agrediéndola verbalmente. Empezó el psicólogo, se separó y se ofreció como voluntario en Las Mirabal, una ONG contra la violencia de género.

Allí, consigna el diario El Día de La Plata, Otero colabora desde hace tres meses realizando tareas de mantenimiento. Y mientras transita su cambio, para reivindicar “tanto maltrato”, planea dictar un taller de panadería y pastelería para las mujeres que son víctimas de violencia y asisten a la institución. “Vengo tres horas por día, a veces corto el pasto, arreglé una canaleta y siempre encuentro cosas para hacer en una casa tan grande. A mí esto me hace sentir bien, porque es una forma de reparar tanto maltrato”, dice el único hombre que trabaja como voluntario en la ONG.

El panadero platense es padre de dos hijos y está separado desde hace siete meses, y señala que comenzó a maltratar a su mujer de a poco y sin darse cuenta. La presidenta de la ONG, Flavia Centurión, señaló que el caso de Rubén es “un indicador de cómo los varones van tomando conciencia de la violencia de género y se animan a pedir ayuda para cambiar”.

Es por eso que considera que el cambio es “de toda la sociedad”. “Es importante que se creen instancias para que los varones maltratadores puedan deconstruir la mirada patriarcal”, sostiene.

En el caso de Otero, el maltrato fue tal, que por las peleas y los gritos su mujer llegó hasta hacerle una denuncia y le pusieron una restricción perimetral. “En cuanto los chicos se iban a dormir empezaba a maltratarla por las cosas que estaban sin hacer. Yo me crié pensando que la mujer tenía que hacer todo. Y cuando veía que no lo hacía la agredía verbalmente”, dice Otero, que arrepentido por el maltrato expresó su deseo de que otros hombres “se animen a pedir ayuda para cambiar”.

Foto: César Santoro.

 

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