Personal de la Policía de la Ciudad llevó a cabo el operativo y, además de todos los elementos de importancia para la causa, se encontró dentro de un placard a Coco, perteneciente a la especie Alouatta caraya.

El animal estaba encerrado, con música alta, sin ventilación, agua, luz y en condiciones de abandono.

Lo que había llamado la atención era los problemas que el mono presentaba. Confirmaron que tenía atrofia muscular, por lo que no podía movilizarse como corresponde, y ausencia de colmillos, lo que le impedía alimentarse.

“Durante mucho tiempo trataron de mandarlo a un zoológico y a reservas. Nadie quería tenerlo porque todo el mundo pensaba que Coco se moría en un mes. Inclusive hubo veterinarios que dijeron que había que eutanasiarlo por su condición. Era realmente una responsabilidad tenerlo”, expresó en TN la periodista y activista Isabel de Estrada.

Durante los años siguientes Coco estuvo en continúa evaluación y hace un tiempo se había informado la posibilidad de su traslado a la provincia de Córdoba. Sin embargo, expertos manifestaron que lo mejor era que siga en la Fundación Zorba.