A raíz de la pandemia producida por el Covid, la humanidad está atravesando una de las peores crisis globales y epidemiológicas de todos los tiempos. Las rutinas laborales, escolares y el contacto diario son afectadas por restricciones sociales. Las autoridades nos advierten constantemente lo peligroso de la situación, donde el miedo a la enfermedad y la muerte de los casos graves se convierten en protagonistas.
La población está expuesta a gran carga de estrés y malestar. Quien no perdió a un ser querido por coronavirus, sabe de personas conocidas que fallecieron. Esto supone una enorme tristeza por el duelo, y un estado de angustia e incertidumbre por contraer la enfermedad. Las situaciones de malestar aumentan en función de nuestra creciente preocupación y de las limitaciones en la rutina, en las actividades y contacto con seres queridos.
En este contexto, las emociones negativas (displacenteras) afloran y nos inundan, nos retraen y ocupan nuestra mente, interfieren en los vínculos diarios y en el equilibrio mental. Quienes mantenían una actitud positiva ahora son afectados negativamente. Quienes ya padecían estados de sufrimiento, los acentúan.
Pero se trata de avanzar construyendo salud, con una actitud superadora. Para ello, es necesario recurrir a las emociones positivas, que son el grupo de estados internos que aumentan las sensaciones de agrado y bienestar y tienen el valor positivo de producir salud. Mejoran nuestra calidad de vida, nos vuelven resilientes y creativos.
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Desde el punto de vista de la psicología cognitiva y positiva, en su obra “Activa tus emociones positivas” el psicólogo y escritor Martín Berasain (M.N 69222-
Psicólogo Clínico) propone una mirada que hace hincapié en los beneficios para resolver conflictos emocionales y traumas, busca activar los sentimientos y las emociones que conllevan agrado y placer y encauzan la superación.
La psicología tradicional tiende a enfocarse en aspectos negativos como los traumas y la ansiedad, en lugar de afirmarse en las virtudes y fortalezas que cada persona trae consigo para superar cada conflicto o fobia, en aquellas emociones y sentimientos que generan cambios en la actitud y la conciencia de cada individuo.
Para ello, Berasain presenta una reflexión amplia sobre los aspectos positivos y los resultados permanentes en la conducta cotidiana para la resolución de conflictos.
“La sonrisa abre puertas y derriba muros, cuando contagia alegría y auténtica confianza”, asegura en su libro, recientemente reeditado.
Las emociones salugénicas nos permiten valorar los vínculos con la familia, las personas queridas, los compañeros de trabajo y de estudio, y con quienes interactuemos cada jornada. Las emociones positivas enaltecen la vida, rescatando su valor.
“Es recomendable decir diariamente alguna palabra amorosa y tener un gesto o detalle cariñoso, por más pequeño y breve que nos parezca, que alimente a los vínculos más cercanos”, indica el autor.
Basado en su vasta experiencia profesional como psicólogo cognitivo, formado en la Universidad de Buenos Aires, Berasain atendió cientos de pacientes con trastornos de ansiedad, fobias y ataques de pánico, anímicos como depresión, enfermedades psicosomáticas (vinculadas al estrés y a factores de cuidado orgánico y personal) y pacientes con desregulación emocional en trastornos alimentarios, sobrepeso y obesidad.
Otros títulos del autor: “La ternura del padre” (2012, editorial Lugar), “Saber sobre las emociones”, (2014, editorial Lumen Humanitas), “Emociones Positivas” (2015, editorial Bonum), “Activa tus emociones positivas” (2019, editorial Hojas del sur). Y de sus recientes trabajos, están próximos a presentarse “Diálogo entre el Principito y un psicólogo”, (Hojas del Sur) y una segunda edición de “La ternura del padre”.
Ejemplos de emociones positivas
Algunas acciones que nos permiten el desarrollo de nuestras emociones positivas que pueden ponerse en práctica son las siguientes:
- Agradecer a una persona de nuestro entorno, por alguna actitud buena con que nos haya favorecido. Sea, que el motivo de agradecimiento es actual o anterior al presente, valida su presencia y le inclina hacia el vínculo con interés y bondad.
- Tener los ritmos del sueño y las horas necesarias de descanso. El reposo mantiene la salud anímica y atención plena.
- Mantener una nutrición que no abunde en hidratos de carbono simples, grasas de mala calidad y comidas ultra procesadas.
- Tomar sol, exponiéndose en horas no riesgosas, dejando entrar los rayos solares, con su aporte de vitamina D.
- Ventilar muy bien las habitaciones y los espacios comunes, por higiene ambiental y por renovación del oxígeno.
- Potenciar el humor y las actividades recreativas. Crear espacios para compartir el espíritu lúdico.
- Disfrutar de una buena lectura, una película, un documental, que sopesen las restricciones y consecuencias negativas de la pandemia.
- Practicar la meditación y la relajación corporal.
- Realizar actividad física o deportiva de acuerdo a las consignas vigentes en cada ciudad.
- Proyectar metas a mediano plazo, deseos y sueños por cumplir, aspiraciones a alcanzar, que nos motivan, nos alientan a esforzarnos y a seguir adelante.
- Hacer una lista diaria de nuestros objetivos, acciones y expresiones de gratitud.
Conservar el espacio y tiempo para producir energía positiva no quita a cero el dolor: lo disminuye y ayuda a superarlo. La compasión amorosa es una emocionalidad positiva, así como la serenidad y la calma, que nos templan y nos hacen reinventarnos en estos momentos tan duros. Porque, finalmente, seremos capaces de superar este tiempo de desazón y sufrimiento.
Las emociones positivas nos permiten afrontar el temor y ansiedad que nos causa esta pandemia; nos conectan con el yo profundo; facilitan la conexión con los demás y con el entorno; mejoran la salud total.
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