Por Adriana Sandro*
Nadie está exento de sentirse solo o sola en algún momento o proceso de la vida, menos en la era individualista que se atraviesa como consecuencia de un cambio de paradigma más tecnológico, no sólo para lo vincular amoroso sino para lo laboral inclusive, cuya figura estrella es la “inteligencia artificial”. Como diría una canción de La Bersuit: “Por las noches, la soledad desespera, espera por mí, espera por ti o también por aquel”.
La soledad es un “fenómeno natural que puede surgir en ciertos momentos de la vida y puede afectar a cualquier persona, independiente de su género, edad u otra característica sociodemográfica” (Weiss, 1983). Así parece simple de entender, pero la situación es más profunda porque hay efectos contundentes de la soledad en la salud.
Este álgido tema social que incumbe a cada comunidad en cualquier ciclo vital dio inicio al debate durante el segundo día de este “Primer Congreso Internacional de Sexología” denominado “Vanguardia en Sexología, nuevos paradigmas en la práctica Médica y Clínica”, que se llevó a cabo en la Universidad de Buenos Aires con la organización de la agencia Vedra y la Sociedad Argentina de la Sociedad Humana (Sash). Esta moción estuvo a cargo del a cargo del Lic. Walter Behobi. La excusa fue seguir aprendiendo, médicos y psicólogos se reunieron para actualizarse en salud sexual.
“La soledad se convierte en un desafío cotidiano para los psicólogos cuando nos toca contener y ayudar a los consultantes que recurren en busca de herramientas para sobrellevar temas tan delicados que les dan vergüenza o timidez, ya sea la intimidad de su vida social o sexual”, señala la Lic. Lucía Baez Romano, psicóloga, sexóloga y psico-oncóloga de planta del Hospital de Clínicas "José de San Martín".
La ausencia de relaciones sociales funciona como un riesgo de salud similar al establecido en los factores de riesgo “clásicos”.
¿Cuáles pueden ser los efectos de la soledad en la salud?
-Predice síntomas depresivos.
-Empeora el funcionamiento cognitivo y aumenta el riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer.
-Acrecienta los problemas de salud mental.
-Incrementa la tasa de institucionalización.
-Eleva la mortalidad.
Demografía argentina
En estos nuevos tiempos, la tasa de natalidad en Argentina cayó un 40% desde 2014. Se trata de una de las disminuciones más bruscas en América Latina.
Los datos surgen de un estudio realizado por el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral. Las cifras mostraron que el país experimenta un cambio en su estructura demográfica mediante el incremento de la población de adultos mayores y el aumento de mujeres al frente del hogar, entre otros factores.
Además, hay indicadores formales del auge de esta soledad. Tiene que ver con más hogares unipersonales: La proporción de personas que viven solas es un indicador clave de potencial aislamiento social. La disminución en la participación de actividades comunitarias refleja un mayor aislamiento. A esto se le suman las nuevas normativas afectivas, relacionadas al crecimiento de los discursos que priorizan la autonomía emocional y la autosuficiencia afectiva, en detrimento del compromiso vincular.
¿Cuáles son las nuevas patologías modernas del amor y la sexualidad?
Parece ser que padecemos la necesidad de una excesiva carga sobre la pareja: se espera que sea amante, mejor amigo, terapeuta, inspiración y proyecto de vida. Dando lugar, a la idealización romántica, que promueve las expectativas de “el alma gemela”, “el amor todo lo cura”.
El narcisismo terapéutico también se hace lugar en la carrera, tomando el cuidado de si en una forma de auto explotación emocional o de justificación de la desvinculación. Parafraseando desde la Antigüedad clásica, el cuidado de sí como encuentro no es autoindulgencia, sino una práctica ética fundamental en la filosofía platónica.
Platón ya se refería al "cuidado de sí" como una respuesta a la búsqueda de la verdad y el conocimiento, entendiendo que la propia alma es la fuente de la sabiduría y la virtud.
Cuidarse implica educar el alma, ordenar los deseos y ejercitar la virtud, no satisfacer el ego. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el cuidado de sí es inseparable al reconocimiento del otro como condición de posibilidad del desarrollo personal y aprendizaje.
* Adriana Sandro es periodista en Telefe Noticias y Psicóloga y Sexóloga UBA y especialista en Trastornos de la Alimentación - MN 53315
Comentarios