Sobre la pérgola del Parque Independencia vive Esteban Emanuel Fernández, un hombre de 37 años que desde hace dos meses duerme en lo alto de la estructura, a casi tres metros del suelo, entre vigas y ramas.
“Duermo acá, subo por el árbol y me acomodo con unas cobijas y un nylon”, contó Esteban. “Ya me caí una vez, me enredé con la enredadera, pero por suerte no me lastimé”.
Esteban no está solo. Comparte ese precario refugio con Miguel, un compañero que lleva cinco meses en el lugar. Ambos viven en situación de calle y sobreviven a las bajas temperaturas del invierno rosarino sin más abrigo que frazadas y bolsas de nailon.
Según relatan vecinos y quienes frecuentan el parque, Esteban llegó hace dos meses, luego de quedarse sin hogar.
“Vivía con mi vieja en Empalme, pero me quedé en la calle… y bueno, estoy sobreviviendo”, explicó.
Su situación es de total vulnerabilidad, no tiene documentos, lo que le impide acceder a un trabajo o a un refugio municipal. “Cuando me llegue el documento, me voy a ir a un refugio”, afirmó con la esperanza de cambiar su realidad.
Esteban sufre problemas de adicción desde los 8 años. “También quisiera salir un poco de esto. Y está jodido”, confesó.
La elección del lugar no es casual: allí arriba, dice, molestan menos y los retiran menos. “La policía a veces me lleva, pero nunca le falté el respeto a nadie, nunca le toqué nada a nadie”, aseguró.
Para concluir, Esteban pidió ropa, comida y ayuda urgente para salir de esa situación.
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