La Justicia cordobesa investiga el fallecimiento de una mujer de 36 años, ocurrido hace una semana en Córdoba capital, en un caso que fue inicialmente caratulado como "muerte de etiología dudosa". Se trata de Romina Salas, violinista y deportista, quien fue hallada sin vida en su domicilio.
Para sus familiares, no hay dudas, fue un suicidio impulsado por el deterioro emocional provocado por años de maltrato por parte de su exmarido y la falta de respuestas judiciales.
Según su entorno, Salas atravesaba una situación de maltrato psicológico, económico, simbólico y digital, por la cual había presentado una denuncia formal en agosto de 2024. Nueve meses después, aseguran, no hubo avances, el acusado, Patricio Franchuli, no fue llamado a declarar ni sometido a peritajes.
La madre de la joven, Mirta, sostuvo que Franchuli huyó a Eslovaquia y dejó a Romina en situación de desamparo, apropiándose de sus bienes y afectando profundamente su estabilidad emocional.
La abogada de la familia, Graciela Taranto, remarcó las dificultades para que se reconociera la violencia económica como parte del caso y adelantó que pedirán que la muerte sea investigada como femicidio.
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