El crimen de Kim Gómez, la niña de 7 años asesinada por delincuentes en La Plata, genera conmoción y se puso en jaque, una vez más, el incremento de la inseguridad en dicha ciudad, sobre todo en manos de menores.
La pequeña murió luego de que dos ladrones hayan robado el vehículo familiar que conducía su mamá, detenido en un semáforo, en la intersección de 72 y 24.
Los malvivientes se llevaron el auto con la nena adentro, y al cabo de unas pocas cuadras, la niña intentó bajarse, pero se cayó sobre al asfalto, quedó debajo de las ruedas y allí fue arrollada.
Tras la triste noticia, decenas de vecinos se congregaron en la zona para reclamar mayor seguridad y que los culpables sean detenidos, algo que finalmente sucedió horas después.
En este marco, en la noche del martes dos menores, de 17 y 14 años, fueron aprehendidos tras un amplio e intenso operativo policial.
Desde hace tiempo La Plata sufre una de las crisis más impactantes: la inseguridad en manos de menores.
Las noticias en torno a robos, homicidios y lesiones en la ciudad están ligados a bandas delictivas en los que los adolescentes están sumergidos.
Aun así, pese a la labor policial, la Justicia los libera por ser inimputables y de este modo, algunos suelen tener más entradas a comisarías y fiscalías que edad.
NA
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