Eran las seis de la tarde cuando tres delincuentes armados y encapuchados ingresaron por el portón principal de un exclusivo geriátrico de San Fernando para robar una fortuna en un violento asalto que quedó grabado en las cámaras de seguridad del local.
Fue un lunes dramático en la Residencia Geriátrica Borghese, los hombres ingresaron aprovechando que el acceso estaba abierto en ese momento y una vez dentro, uno de ellos amenazó a la recepcionista y exigió dinero. Un empleado intentó calmarlo para evitar que la situación se desbordara y en medio del caos, una de las mujeres presentes escondió el teléfono celular, temerosa de que también se lo arrebataran. Poco después, el asaltante permitió el ingreso de sus dos cómplices, quienes se dirigieron directamente a la oficina administrativa, donde trabajaba el contador del lugar.
La precisión del accionar de los delincuentes llamó la atención: sabían exactamente dónde buscar y a quién dirigirse. Obligaron al empleado administrativo a abrir la caja fuerte, de donde sustrajeron un sobre con dinero en efectivo. Sin embargo, trascendió que el botín no fue tan abultado como esperaban, ya que se trataba de la caja chica del mes. A pesar de ello, el daño emocional fue enorme: la escena se desarrolló a la vista de varios residentes, algunos de los cuales no podían siquiera levantarse por sus propios medios.
La residencia es una institución de trayectoria en el barrio, fundada por una sociedad encabezada por el reconocido médico Eduardo Borges, especialista en patologías de la tercera edad con más de 40 años de experiencia. El geriátrico, que ocupa un predio de 1.500 metros cuadrados y cuenta con instalaciones renovadas, es conocido por su enfoque integral en la atención de adultos mayores, ofreciendo desde kinesiología hasta talleres de recreación y musicoterapia.
La noticia del asalto generó preocupación entre los familiares, quienes en su mayoría se enteraron por los medios y redes sociales, ya que desde la administración no se comunicó oficialmente lo ocurrido. Mientras tanto, la policía de San Fernando analiza las imágenes de las cámaras de seguridad internas y de la zona céntrica, con la esperanza de identificar a los responsables, especialmente al primer ladrón, cuyo rostro quedó registrado.
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