Según define la Federación Europea del Dolor, el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con un daño tisular potencial o real (como un corte, un golpe o una quemadura). Es siempre personal y se ve influida en distintos grados por factores biológicos, psicológicos y sociales.
¿Cuándo empieza a ser crónico un dolor? Desde el Hospital de Clínicas de la UBA, refieren que aquel que dura más de tres meses puede transformarse en crónico. Asimismo, explican que hoy se diagnostica el dolor como una enfermedad en sí misma. Este reconocimiento pretende que el abordaje de los pacientes con dolor mejore y, por ende, también su calidad de vida.
El Centro Universitario de Tratamiento del Dolor Crónico y Cuidados Paliativos del Hospital de Clínicas, entre sus finalidades principales, cuenta con la de mejorar la experiencia de las personas que tienen dolor instalado en distintas partes del cuerpo y que reciben el diagnóstico de lumbalgia, cefalea y neuralgias, entre las patologías más frecuentes.
A pesar de ser definido como una enfermedad en sí misma en algunos pacientes, el dolor crónico está subdiagnosticado. La Dra. María Julia Aparicio (MN 103.061), médica coordinadora del Centro del Dolor del Clínicas, sostiene que “el 80% de los pacientes que buscan atención por sentir dolor no son derivados a especialistas en el tema”. Por este motivo, el tópico formó parte de la agenda del último Congreso Internacional de Medicina Interna que organizó el hospital-escuela a fin de que profesionales de la salud pudiesen actualizar sus conocimientos.
“El dolor crónico es tomado como un síntoma y atribuido a otras causas. Se minimiza. Hay mucha demora en su diagnóstico y la derivación. A lo que se suma que se trata de una especialidad médica que se creó recientemente. Entonces, al llegar el paciente a un centro de dolor, en muchos casos el proceso está muy avanzado y un dolor agudo se transformó en un dolor crónico”, afirma Aparicio.
“El dolor crónico es como un pájaro carpintero que te está taladrando todo el día o como una gotera; está presente todo el tiempo. Y poco a poco te va llevando a la incapacidad. Hay personas que dejan de salir, dormir, comer y tantas otras cosas porque no saben cuándo les va a aparecer el dolor que les impide disfrutar de pequeñas cosas como ir al cine. El desafío para nosotros es reeducar al cerebro para que pueda salir de esa situación, de ese círculo vicioso”, dice la médica.
Respecto del Centro del Dolor del Clínicas, la médica explica: “El objetivo de nuestro trabajo es que el paciente pueda volver a disfrutar, planificar unas vacaciones, trabajar. Los pacientes llegan derivados por sus médicos de cabecera y equipos tratantes ya con un primer diagnóstico que el equipo interdisciplinario reevalúa e instaura una estrategia terapéutica de acuerdo con el tipo de dolor del paciente”.
Por otra parte, “tanto para el paciente con dolor crónico como para quien está en seguimiento por cuidados paliativos, tenemos un abordaje asistencial que contempla su entorno significativo porque es importante la participación de quien lo acompaña o asiste, sea familiar, amigo, cuidador, etc. Esta forma de trabajar nos permite arribar a un diagnóstico de situación completo, saber cómo ayudar al paciente y quienes lo rodean, y trazar objetivos para lograr que el paciente sea adherente al tratamiento”, cierra la médica.
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