En los últimos años, Córdoba ha experimentado un aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales. Factores como el cambio climático, prácticas agrícolas inadecuadas y el accionar humano imprudente contribuyen a esta problemática. Estos incendios no solo destruyen hectáreas de bosque, sino que también tienen un impacto directo en los recursos hídricos de nuestra región.
Reducción de la infiltración del agua
Los incendios forestales destruyen la cubierta vegetal del suelo, lo que disminuye la capacidad de absorción del agua de lluvia. Sin vegetación, el agua no se infiltra adecuadamente en el suelo, lo que reduce la recarga de acuíferos y la disponibilidad de agua subterránea.
Aumento de la erosión
La ausencia de vegetación tras un incendio deja el suelo expuesto a la erosión. La pérdida de suelo fértil no solo afecta la capacidad de retención de agua, sino que también contribuye a la sedimentación de ríos y arroyos, disminuyendo su disponibilidad.
Impacto de las cenizas en el agua
El material quemado y las cenizas pueden ser arrastrados por la lluvia hacia los cuerpos de agua, afectando la vida acuática. Esto también implica una amenaza para las cuencas ya que, al llover, las cenizas son arrastradas con gran rapidez al río o lago más cercano, produciendo alteraciones en la captación de agua, pérdidas de materia orgánica, cambios en la acidez de los mismos y, además, puede dificultar la potabilización del recurso.
Asimismo, las cenizas aportan fósforo a las cuencas, lo que contribuye al incremento de la eutrofización de los lagos, generada por el exceso de nutrientes procedentes principalmente de la actividad del hombre.
Prevención
Realizar una gestión sostenible de la tierra, como la rotación de cultivos, el mantenimiento de cortafuegos y la reducción de la acumulación de material combustible, son acciones que colaboran positivamente en la reducción de incendios anuales.
Además, es esencial tomar consciencia y tener presente los siguientes ítems:
- No quemar la vegetación ni basura.
- No acumular residuos al aire libre.
- No tirar cenizas calientes sobre el suelo.
- Hacer asado sólo en lugares habilitados (asadores) y apagar bien las brasas antes de retirarse.
- No tirar colillas de cigarrillos ni fósforos al suelo.
- Evitar las fogatas.
- No dejar nada inflamable luego de acampar.
- Evitar manipular fuegos artificiales.
La prevención de incendios en Córdoba es una responsabilidad compartida. Proteger nuestras sierras no solo resguarda la diversidad y el suelo, sino que también asegura la disponibilidad de un recurso esencial: el agua. Actuar hoy es fundamental para preservar el futuro de nuestra región y garantizar un equilibrio sostenible entre el medio ambiente y el desarrollo humano.
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