La pregunta se repitió al unísono: ¿es real? La escultura hiperrealista de un cocodrilo en el torrente de sa Llavanera, una de las zonas más exclusivas de Ibiza, captó de inmediato la atención de turistas y residentes que no salían de su asombro, mientras intentaban captar con sus celulares y cámaras las mejores fotos.
La escultura mide 4,80 metros, pesa 90 kilos y es de fibra de vidrio. El creador de la obra, Andreu Moreno, explicó a los medios locales que el objetivo es hacer reflexionar sobre los contrastes que se producen en la isla.
"Es una protesta constructiva, quiero hacer pensar a la gente sobre las cosas que no arregla nadie", dijo el artista, autor de varias esculturas instaladas en lugares públicos de Ibiza. Y agregó: "Es un torrente abandonado y descuidado, como gran parte de la zona, junto a locales muy lujosos".
Gustavo, así decidió apodarlo en homenaje al famoso Gustave, el cocodrilo gigante del Nilo que vive en Burundi (el más grande de África conocido, con una longitud de más de seis metros y un peso aproximado de una tonelada), permanecerá en el torrente hasta mañana.
Mientras la gente se iba acercando al lugar, Moreno y su hermano, ataviados con un mono impermeable intentaban poner pesos en las extremidades de Gustavo para que no lo arrastrase la corriente. La presencia de cuatro agentes de Policía Local hizo la performance mucho más creíble.
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