Docenas de habitantes de Tlaltetela, un pequeño pueblo del estado mexicano de Veracruz, se paralizan de pies a cabeza debido a un transtorno neurodegenerativo y progresivo incurable conocido como Ataxia espinocerebelosa tipo 7.
De la noche a la mañana, esta enfermedad les causa la pérdida del habla, de la vista y la paralización de pies y manos, aunque ellos mantienen su cerebro lúcido, pero atrapado en un cuerpo que deja de funcionar.
La Ataxia es una enfermedad que suele afectar a 1 de cada 100,000 personas pero en esta comunidad montañosa de Veracruz, la prevalencia se dispara. Con 15.000 habitantes, hay 80 casos declarados y otros 300 están a la espera de diagnóstico.
“De esas 300, el 50 % es casi seguro que saldrán positivas por los síntomas que presentan”, advierte el director y fundador de Ataxia Tlaltetela, el estadounidense Cory Hannan, quien también padece esta enfermedad.
Es raro ver en las calles de Tlaltetela a enfermos de Ataxia, porque en cuanto asoman llaman la atención por su extraño caminar y su habla dificultosa, como si hubieran bebido una botella de alcohol.
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