Rita Ebel, una alemana que vive en la ciudad de Hanau, pasa de dos a tres horas por día construyendo rampas con bloques de juguete para colocar en la entrada de diferentes comercios.
La mujer de 62 años se encuentra en silla de ruedas desde hace 25 años tras sufrir un grave accidente de tránsito. Por este motivo, ideó una solución económica para convertir a su ciudad en un espacio más inclusivo.
"Para mí se trata de intentar sensibilizar un poco al mundo sobre la necesidad de viajar sin barreras", explicó la mujer a la agencia de noticias Reuters.
Junto a su esposo, Ebel construye estas rampas a medida que contienen cientos de pequeñas piezas de Lego pegadas con hasta ocho tubos de pegamento.
Las rampas con llamativos colores no pasan desapercibidas en las calles de Hanau. Grandes y chicos se frenan a inspeccionarlas y a tomarles fotos.
"Nadie pasa por una rampa de Lego sin echar un vistazo. Ya sean niños que intentan sacar los ladrillos o adultos que sacan sus celulares par hacer fotos", indicó.
Ebel tiene el desafío de conseguir las piezas, ya que depende de donaciones. Sin embargo, su idea ya recorre el mundo. Recibió consultas de Austria, Suiza, España y hasta Estados Unidos.
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