Portada  |  02 octubre 2025

La Selección de Básquet Silencioso, rumbo a las Sordolimpíadas en Japón: esfuerzo, pasión y una lucha constante por ser reconocidos

Del 15 al 25 de noviembre, Tokio será sede de las Sordolimpiadas y la Selección Argentina de Básquetbol Silencioso dirá presente. Joaquín Faber, jugador cordobés habló con Telefe sobre la situación del plantel.

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Tokio albergará las Sordolimpiadas y la Selección Argentina de Básquetbol Silencioso estará allí. La albiceleste cuenta con la presencia de tres cordobeses: Joaquin Faber de capital, German Ferreyra y Claudio Papini, uno de Santa Maria de Punilla, y el otro de Rio Tercero. Dos de ellos jugadores y el otro integrante del cuerpo técnico. 

El desafío no será menor: Argentina compartirá zona nada menos que con el último campeón Ucrania, el equipo local Japón y una potencia en crecimiento como Israel. Pero la ilusión está intacta, forjada en meses de entrenamiento intenso y preparación colectiva.

La preparación comenzó a inicios de este año y tuvo cinco concentraciones clave: cuatro en el CeNARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y una en la provincia de Misiones. En cada encuentro, el equipo fue construyendo no solo la base física y técnica, sino también una fuerte identidad colectiva, que será su carta de presentación en Tokio.

Durante la última concentración, realizada del 8 al 14 de septiembre, se definieron los 12 jugadores que representarán al país. No fue una elección sencilla: el nivel de exigencia creció en cada etapa, tanto para los jugadores como para el cuerpo técnico.

"Todos compartimos un mismo objetivo: llevar nuestra bandera lo más alto posible y seguir creciendo en el ranking mundial. Pero también queremos que nos conozcan como selección, que valoren nuestro proceso, nuestra perseverancia y todo el esfuerzo que hubo detrás para llegar hasta acá", destacó Joaquín Faber.

El equipo enfrenta una realidad económica compleja: no cuentan con becas ni apoyo económico individual, y la mayoría de las concentraciones, viajes y competencias se realizan con esfuerzo propio y de las familias. Tanto jugadores como cuerpo técnico y médico participan ad honorem, luchando contra la incertidumbre hasta el último momento para saber si podrán competir.

"Estamos repitiendo historias pasadas. El apoyo institucional es escaso, muchas veces por falta de conocimiento o interés, tanto desde los gobiernos provinciales como a nivel nacional. Pero jamás nos rendimos", remarcó Faber con orgullo.

A pesar de estas dificultades, han logrado construir redes de apoyo que los sostienen. Una de ellas es la marca VZ Sportwear, que los sponsorea y los viste con ropa de entrenamiento, competencia y paseo. También han conseguido aportes nutricionales con suplementos deportivos gracias a gestiones personales o de boca en boca.

Más allá de los resultados, este equipo busca dejar huella: abrir caminos para las futuras generaciones de chicos y chicas que sueñan con representar a la Argentina en este deporte.

"Queremos que nuestra historia se conozca, que sirva de inspiración. Que otros también puedan ser parte del básquet silencioso en el futuro y sepan que, aunque el camino sea difícil, con esfuerzo, compromiso y trabajo en equipo, se puede".

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