Portada  |  16 mayo 2025

Mil grullas por el nadador Matías Bottoni: un deseo colectivo por su recuperación

Un objetivo claro: acompañar con fuerza y cariño la recuperación de Matías Bottoni.

Deportes

En un emotivo gesto de unidad y esperanza, compañeros, amigos y familias del Club de Natación de Rosario organizaron la actividad “Mil grullas para Matías” con un objetivo claro: acompañar con fuerza y cariño la recuperación de Matías Bottoni, el joven nadador que sufrió un grave accidente acuático.

Inspirados en la leyenda japonesa que dice que quien logre hacer mil grullas de papel puede pedir un deseo, los nadadores comenzaron con entusiasmo a plegar cada figura. La iniciativa, que ya se extendió a escuelas, iglesias y hogares, busca llevar un mensaje de amor y fe.

“Sí, organizamos esto porque creemos que los deseos tienen poder cuando se hacen con el corazón”, contó uno de los jóvenes del equipo. “Queremos pedir que Mati se recupere, que pueda volver a caminar, a nadar… y a vivir una vida plena. Por eso estamos todos acá, sumando grullas con nuestras manos”.

La movida empezó en los clubes y rápidamente se viralizó. “Nosotros arrancamos hoy, pero sabemos que otros clubes empezaron ayer, y se fueron sumando chicos, profes y familias. Cada uno desde donde puede, incluso desde casa”, agregaron.

El grupo de natación federado y promocional, que alguna vez superó los 50 integrantes, se reunió para participar activamente. “Esto nos atraviesa a todos. Somos una familia y cuando le pasa algo a uno, nos pasa a todos”, dijeron con convicción.

Camila, una de las nadadoras, vivió la experiencia en primera persona. Fue ella quien ayudó a rescatar a Matías del agua. “Fue algo muy fuerte. Nunca me voy a olvidar de ese momento”, relató. “Ayer pude hablar con él. Como siempre, con ese carisma que tiene, me agradeció. Me emocionó mucho. Está avanzando rápido, es fuerte, y no se rinde”.

Sobre la actividad, comentó: “Le mandamos un video con todos haciendo grullas, y se emocionó mucho. Saber que esto lo anima nos da más ganas de seguir. Vamos a hacer todas las que podamos”.

Al final del encuentro, los chicos quisieron dejarle un mensaje directo a Matías:
“Te queremos mucho, Mati. Te estamos esperando acá, en la pile. Sabemos que vas a volver a nadar con nosotros, a caminar, a reír. Tenemos fe, confiamos en vos, en tu fuerza, en tu cabeza. ¡Vamos Mati, no aflojes!”

Una muestra clara de cómo el deporte, la amistad y la solidaridad pueden transformar el dolor en esperanza. Porque a veces, mil grullas pueden significar mucho más que un deseo: pueden ser el empujón que hace falta para volver a volar.

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