18 años y un patrón que se repite sistemáticamente una y otra vez. Una "maldición", o una suerte de regla no escrita que se mantiene sin excepciones. Nadie sabe a qué se debe, no se explican los motivos, pero todo país que se queda con el título máximo en la categoría Sub 20, lo pierde todo para la siguiente edición. Ya son ocho veces que el flamante campeón no logra clasificar al siguiente certamen.
La pesadilla de los ganadores comenzó ni más ni menos que con la Selección Argentina. Justo después del inolvidable bicampeonato en 2005 con Messi como estrella destacada y en 2007 con Sergio "Kun" Agüero como principal figura, los chicos de la celeste y blanca se quedaron sin pasaje para Egipto, en 2009.
Fue un escándalo, duras críticas para el equipo y su cuerpo técnico por quedar últimos en el hexagonal final del Sudamericano de aquel año, sin haber podido ganar ningún partido. Pero la película se repitió sin frenar desde entonces y ya son ocho las selecciones que no lograron acceder al Mundial después de levantar la copa. La más reciente fue Uruguay, que venía de ganar la edición 2023 pero, dos años más tarde, quedó eliminada una fecha antes del fin del Sudamericano de Venezuela.
Entre Argentina en 2007 y Uruguay en 2023 hubo equipos de distintos continentes que repitieron el patrón: Ghana, campeones de 2009; Brasil, que se coronó en 2011; Francia, que superó a Uruguay en la final de 2013; Serbia, que se quedó el título de 2015; Inglaterra, la campeona de 2017; y Ucrania, los que levantaron el trofeo en 2019. Todos afuera del siguiente Mundial.
Es cierto que los planteles cambian completamente de un certamen al otro ya que se renuevan las generaciones, pero el derrumbe de los campeones es llamativo por la cantidad de equipos que sufrieron lo mismo. Esto enaltece aún más los dos bicampeonatos de Argentina, que logró clasificar al siguiente Mundial tras ser campeón y volvió a celebrar el título en dos ocasiones: 1995, 1997 y 2005 y 2007.
Ahora el equipo que gane el último partido en Chile 2025 le dejará toda la presión al plantel que juegue su pasaje para el próximo Mundial. ¿Podrá quebrarse el hechizo?
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