Mientras tanto, el 'speaker' cogió el micrófono para hacer alguna broma a los aficionados, que estaban aterrorizados por lo que se estaba viviendo en una de las pistas más grandes del mundo. "A mí ya me había pasado una vez en Guadalajara", informaba.
Las abejas no sólo se habían apoderado de la central sino también de todas las cámaras repartidas por la instalación, en especial habían hecho suya la Spidercam.
Zverev pasó la espera jugando a fútbol en el sitio reservado para el calentamiento de los jugadores. Larry Ellison, magnate y propietario del torneo, intentaba dar sensación de normalidad sentado en uno de los palcos. Cerca de él observaba lo que pasaba Bill Gates.
El apicultor, la estrella
Al regresar, el jugador alemán bromeaba: "Yo no juego en el lado de las abejas". A lo que el árbitro respondió: "Podemos acortar la pista y jugar al pickleball". Layhani, que tenía ganas de marcha, comentaba entre risas con Carlitos que "los dos nos hemos llevado un beso de las abejas".
Los aficionados apremiaban al apicultor, con 'look' de cantante de rock, con una sonora ovación para que quitara todos los insectos de la pista. Alcaraz, todavía con el susto en el cuerpo, salió con el chándal puesto, por si acaso.
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