Dante Canteros tenía 14 años. Su gran sueño era ser futbolista. Y estaba muy ilusionado porque jugaba en las inferiores de Racing. Tenía todo el futuro por delante, pero el 24 de febrero de 2024 un exconvicto lo mató de un tiro en la cabeza y desde entonces está prófugo.
Cerca de las 2 de la madrugada de ese día, cuando volvía de la casa de la novia, Dante se encontró con unos amigos que estaban escuchando música en una esquina cercana su casa, en Villa Tranquila. Estaba hablando con ellos cuando pasaron caminando Ezequiel Smalaquies y su novia, Vanesa Báez, ambos con muchísimos antecedentes penales. El, incluso, hasta hacía poco había estado preso.
Venían discutiendo entre ellos y, de repente, Báez increpó a las chicas que estaban en el grupo de Dante. “¡Qué miran a mi marido!”, les gritó en medio de una catarata de insultos.
Dante y sus amigos no entendieron nada. Trataron de calmar la situación, pero no hubo caso. Smalaquies tomó una botella, la rompió y los amenazó. Incluso se la arrojó a una de las chicas. Y cuando Dante quiso intervenir le dio una trompada en el estómago. Como él le respondió también con un golpe, los amenazó a todos: “Ahora volvemos. Vamos a buscar un fierro y los matamos a todos”, les gritó.
Diez minutos después volvieron para consumar la amenaza. Llegaron a toda velocidad en un Gol rojo con vidrios polarizados que manejaba el hermano de Báez, Damián. Smalaquies bajó del asiento del acompañante con una pistola 9 milímetros en la mano. Su novia, del asiento trasero con una cuchilla de carnicero.
Ella empezó a correr a dos de las chicas para apuñalarlas mientras les gritaba: “Corran gilas, corran!!!”. Afortunadamente pudieron ponerse a salvo. Dante no corrió la misma suerte. Smalaquies lo encaró y, sin darle oportunidad a nada, le disparó en la cabeza. Con total frialdad escaparon en el mismo auto en el que habían llegado.
Mientras tanto, Dante agonizaba tirado en medio del asfalto. Unas horas después murió en el hospital Fiorito, de Avellaneda.
Se sabe que Smalaquies pasó por su casa de la Isla Maciel, cargó ropa en un bolso y huyó. Lo insólito es que unos días después, mientras supuestamente lo buscaba la Policía, lo vieron en la previa de un partido de San Telmo junto a integrantes de la barra brava del club.
Desde hace unas semanas, el Ministerio de Seguridad bonaerense ofrece una recompensa de hasta 5 millones de pesos para quien aporte datos que permitan encontrarlo.
En junio será el juicio oral contra su novia, que está detenida, y su cuñado, considerado coautor por manejar el auto. Pero él sigue libre y totalmente impune.
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