Nehemías tenía 19 años, era el séptimo de 8 hermanos. A los 11 llegó con su familia de Paraguay y se instalaron en el barrio Cuartel V en Moreno.
Le encantaban las motos, el fútbol, era fanático de River y descubrió la pasión por la panadería cuando empezó a trabajar en un negocio de un familiar en Avellaneda. Mientras trabajaba ahí tuvo un accidente por el cual estaba por cobrar una indemnización con la que iba a cumplir su sueño de abrir una panadería en el barrio junto a su familia.
El domingo 13 de abril de este año, había ido a ver un partido de fútbol en el que jugaban familiares suyos contra integrantes de la familia Cáceres, unos vecinos del barrio. Él no estaba jugando debido a su lesión. Al terminar el partido empezó una pelea que terminó con un cuchillazó que recibió Nehemías. Él como pudo llegó a la puerta de su casa donde cayó desvanecido y murió minutos después en el UPA de la zona.
Al enterarse de lo sucedido, la familia Cáceres huyó, desaparecieron del barrio y nadie sabe de ellos, salvo el menor, Armando José Ruiz Díaz, que al momento del hecho tenía 16 años y creyó que por ser menor de edad no lo iban a detener.
La familia de Nehemías vive con miedo y reclama justicia para que todos los asesinos paguen por lo que hicieron.
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