En un contexto de bajos salarios y pérdida del poder adquisitivo, acceder a frutas, verduras, carnes, lácteos y legumbres se ha vuelto un lujo en estos momentos.
Es que una dieta nutritiva cuesta un 40% más que la canasta básica alimentaria, según explica en 8un informe realizado el nutricionista Sergio Britos.
El documento, nombrado "Sistema alimentario en la Argentina, seguridad alimentaria, dietas saludables y salud ambiental", indica por ejemplo que en julio de 2025 el costo mensual de una dieta saludable para una familia tipo de cuatro integrantes fue de $693.000, mientras que la canasta básica alimentaria se ubicó en $515.000.
El problema se agrava porque los alimentos ultraprocesados, ricos en calorías pero pobres en nutrientes, son más accesibles que los productos frescos. Comprar 100 calorías de alimentos nutritivos cuesta casi 7 veces más que hacerlo con panificados, arroces o harinas.
Nutricionistas advierten que esta situación no solo responde a la economía, sino también a la falta de políticas públicas que garanticen el acceso a frutas, verduras y proteínas a precios razonables. Entre las medidas sugeridas figuran subsidios a la producción hortícola, reducción del IVA en frutas y verduras y programas de incentivo a la agricultura familiar.
Mientras los especialistas insisten en que una buena alimentación es clave para prevenir enfermedades, la realidad económica marca que comer sano sigue siendo más caro que comer mal. Hasta que la brecha no se reduzca, la alimentación saludable continuará siendo un privilegio y no un derecho garantizado.
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