Disfrutar de un asado los fines de semana pasó a ser un lujo, debido a la pérdida del poder adquisitivo.
Un estudio de la consultora Moiguer indica que el 65% de los consultados tuvo que ajustar sus consumos cotidianos en medio de la crisis.
Entre las restricciones, el asado se destaca como uno de los primeros en caer. Según la Cámara de Frigoríficos, el consumo de carne cayó un 11.3% en lo que va del año.
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