El informe de ADIMRA revela que, además de la caída interanual del 17,7%, la actividad metalúrgica también experimentó una reducción del 2.8% en comparación con el mes anterior. Esta tendencia a la baja se ha prolongado durante el primer trimestre del año, con una disminución del 6,6% en relación al mismo período del año pasado.
Uno de los indicadores más preocupantes es el uso de la capacidad instalada, que registró una disminución de diez puntos porcentuales en comparación con el primer trimestre del año anterior, marcando uno de los niveles más bajos de los últimos 8 años. Esta situación genera inquietud tanto entre los empresarios como entre los trabajadores del sector, la mayoría de los cuales están afiliados a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Si bien el informe destaca que la contracción en la actividad no se ha reflejado de manera tan drástica en el nivel de empleo, con una disminución del 0,5% en comparación con el mes anterior, el panorama sigue siendo poco alentador. La industria automotriz, en particular, está experimentando una retracción significativa, lo que impacta directamente en muchas empresas metalúrgicas de la provincia que son proveedoras de autopartes y tienen una estrecha relación con las fábricas de automóviles, tractores y maquinaria agrícola.
Córdoba no está sola en esta situación, ya que provincias como Santa Fe y Buenos Aires también han sufrido importantes descensos en la actividad metalúrgica. Estas tres provincias concentran más del 80% de las empresas del sector en el país, destacándose la preeminencia de Buenos Aires, donde se ubica la mayoría de ellas. Ante este escenario, tanto autoridades como actores del sector están buscando estrategias para mitigar el impacto de esta crisis en la industria metalúrgica y en la economía provincial en su conjunto.
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