Los dueños de los negocios ven los cambios en el consumo de sus clientes. Hablamos con verduleros, carniceros, encargados de bares y panaderos. Todos coinciden que esta economía con un dólar elevado hace que la gente ahorre y decida comprar menos, a corto plazo, cubriendo el día a día.
El rubro que más lo siente es el gastronómico, por eso quienes trabajan en él apuntan que hay que leer este nuevo panorama y entender que al cliente no se le puede trasladar la inflación.
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