Mientras el Gobierno aguarda el desembolso de US$2.000 millones por parte del FMI, no logra frenar la escalada del dólar. Este jueves, la presión cambiaria persiste y la cotización volvió a marcar máximos históricos.
En el segmento mayorista, el tipo de cambio se ubicó en $1.374, lo que representa un aumento de $59 con respecto a la jornada anterior. En tanto, el dólar minorista alcanzó los $1.380 en la pantalla del Banco Nación, con una suba de $55. De esta manera, continúa acercándose al techo de la banda dispuesta por el Gobierno en abril de este año ($1.400).
Desde el mercado ya se preveía que la volatilidad continuaría, sobre todo por el efecto de la demanda habitual de fin de mes, que suele empujar los precios al alza.
A tono con el dólar oficial, las cotizaciones financieras superaron los $1.370 en el transcurso del día. Sin embargo, hacia la tarde recortaron posiciones, un movimiento que fuentes del mercado atribuyeron a intervenciones oficiales. A una hora del cierre, el dólar MEP cotizaba a $1.359, mientras que el contado con liquidación se ubicaba en $1.362.
Por su parte, el dólar blue subió $15 y se ofreció a $1.335, convirtiéndose así en la cotización más baja entre los distintos tipos de cambio.
La demanda de divisas se intensificó a partir de junio, y se profundizó tras el desarme de las letras fiscales de liquidez (Lefi), que liberaron unos $15 billones al mercado. Esa inyección de pesos, combinada con la incertidumbre en torno a la acumulación de reservas y el escenario electoral, potenció la suba del dólar.
Se espera que el ingreso de los US$2.000 millones del FMI y una posible revisión de las metas de reservas brinden algo de alivio en el corto plazo.
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