A comienzos de enero, Iván alquiló un departamento en Flores. Ya sin ley el dueño le puso como condición que el valor se actualizara cada tres meses por inflación (índice IPC).
Con dos aumentos a cuestas, los 300 mil pesos que Iván empezó pagando en enero se convirtieron en 550 mil el mes pasado, casi un 90% más.
"El problema es que mis ingresos habrán aumentado un 20%", se queja. "Hoy todo mi sueldo se lo lleva el alquiler. Comemos con lo que gana mi esposa y tuvimos que recortar un montón de gastos", agrega.
El agente inmobiliario Federico Schwartz ve las cosas de otra manera. "Puede ser que haya gente que no pueda pagar los aumentos por inflación, pero tiene opciones en otros barrios o departamentos más chicos que se adaptan a su bolsillo. Antes no las tenía", sostiene.
En su inmobiliaria se cuadruplicó la cantidad de propiedades en alquiler con respecto a diciembre del año pasado. "Mucha gente volvió a ofrecer su departamento para alquilar. Y otros que lo destinaban al turismo ahora lo vuelcan al mercado local", explica.
Eva es de las que justamente necesita buscar otro departamento más económico. El que alquila desde abril le aumentó un 25% por inflación en cuatro meses.
"El problema es que hay una cláusula según la cual para rescindir el contrato tengo que pagar un 10% de los casi dos años que me quedan. Me es imposible", se lamenta.
Las opiniones están divididas. La ley dejó de regir, pero las divergencias continúan. Se solucionaron algunos problemas. Pero aparecieron otros.
Foto: NA.
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