“¡Para mí es un tremendo orgullo! Ojalá se pueda volver a repetir. Muy contento de formar parte del proyecto”, afirma Alejo Topet sin poder disimular la emoción.
Es que días atrás, una feliz noticia lo tomó por sorpresa. La banda sonora del documental criollo “Jota Urondo, un cocinero impertinente”, que posee acordes de su guitarra, alcanzó la final en la categoría Culinary Zinema, de la 73° edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en España.
Actualmente, Topet está ensayando con la banda de la solista de pop latino, Isadora Figueroa, hija menor del afamado cantante puertorriqueño Chayanne, que ha sido nominada al Latin Grammy 2025, en la categoría “Mejor Artista Nuevo”.
Entusiasmado por tamaña convocatoria, el músico argentino señala: “poder tocar con artistas emergentes es algo que me da mucha ilusión y ojalá el proyecto de Isadora pueda llegar a muchos lugares del mundo”.
Desde que se graduó en Berklee College of Music (prestigiosa universidad de Boston, de donde egresaron estrellas como Pedro Aznar, Quince Jones, Steve Vai y John Mayer), Alejo comenzó a toparse con el éxito.
Como guitarrista independiente, Alejo toca también en la agrupación de Alex Ponce, cantante y compositor ecuatoriano de pop y pop rock, con quien ya había tocado en shows internacionales, compartiendo escenarios, con figuras como Carlos Vives y Danny Ocean, en festivales de México y Guatemala.
Paralelamente, a sus 29 años recién cumplidos, despunta el vicio en “FM Collective”, la banda de hip hop y rap que creó hace algo más de 5 años, junto a tres músicos (argentino, peruano y turco) y un vocalista estadounidense, mientras estudiaban en Berklee.
“Hacemos la juntada en forma online, porque el resto de los integrantes reside en Boston. Por estos días, nos invade la ansiedad, porque estamos nominados a los Premios New England Music. Premios que se entregarán durante el mes de noviembre, en la capital del estado de Massachusetts”, revela sonriendo el guitarrista, que posee formación en producción musical, arreglos y composición.
Sus comienzos
Hijo de un abogado y una profesora de química, Alejo Topet cuenta que empezó a curiosear con la música a los 6 años. Mientras cursaba la primaria en la escuela italiana Cristoforo Colombo, tomó unas clases de piano. Algo que, a decir verdad, no lo cautivó.
Su predilección pasaba por otro instrumento, la guitarra. Empezó a tocarla a los 10 años. “Un día un amigo, que no tiene nada que ver con la música, me mostró videos de Slash y me voló la cabeza. Por cierto, el guitarrista de los Guns N’ Roses fue mi fuente de inspiración e ídolo en la adolescencia. Al punto que, a los 11 años, me enganché con un profesor del barrio, Lucas Rodríguez. Él me enseño el ABC de la guitarra”, rememora agregando que, cuando estaba concluyendo la secundaria el profesor lo instó a que continúe formándose en una institución de jerarquía.
Como todo egresado, comenzó a pensar opciones para su futuro educativo. Desde una carrera universitaria, como arquitectura, hasta algo relacionado con la música. Sin demasiado análisis, se decidió por lo último, y se inscribió simultáneamente en la Escuela de Música Contemporánea (EMC) y en el Centro de Arte y Tecnología (CEARTEC).
Al año y medio decidió continuar solo con la primera. “Esto no es lo que yo quiero, dije por entonces. Hoy, con ‘el diario del lunes’, digo debía haberlo terminado”, remarca con arrepentimiento el guitarrista que daba clases particulares para solventar sus estudios.
En enero de 2019, tras recibir el diploma en la EMC y superar satisfactoriamente la audición de ingreso, viajó a Boston para sumarse al alumnado de Berklee. Desde el primer momento Topet quedó fascinado por la selección de instructores legendarios que posee la universidad de música más grande del mundo. “No podía creer que, por ejemplo, Alain Mallet, pianista de Sting y Paul Simon, estuviera dándome clases y sin ningún tipo de filtro”, revela el músico que se dio el lujo de asistir a clínicas del afamado bajista y contrabajista de jazz estadounidense John Patitucci, entre otros.
Mientras continúa con su labor musical, Alejo Topet sueña alcanzar la gloria como guitarrista, producir su propia música y viajar por el mundo.
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