El baterista argentino Alan Denis D’Auria, de 28 años, viene conquistado al público de distintos continentes, tanto en sets televisivos como en escenarios abiertos y cerrados, debido a su virtuosismo y versatilidad artística.
Para él como para Art Blakey, afamado baterista de jazz norteamericano fallecido hace 23 años en Nueva York, “no importa el tipo de instrumento que tengas. Lo importante no es la batería, sino el baterista”.
Ya desde la cuna, Alan demostraba su fuerte inclinación por las notas musicales. Sobre todo, por la batería. Un instrumento que aprendió, primero, por las clases magistrales y lectura a primera vista de su padre, Oscar D’Auría, un destacado profesor y eximio baterista. Y, segundo, por ver a Steve Gadd, el músico de sesión por excelencia, que ha tocado con celebridades, como Eric Clapton y el fallecido Chick Corea, poseedor de 20 premios Grammy.
Tomó clases en armonía y composición al lado de Gerardo Gardelín, un músico con una prolífica carrera sobre sus espaldas.
Mientras cursaba la escuela secundaria, en los ratos libres, creaba jingles para publicidad y se presentaba en festivales para bateristas adultos.
Para su sorpresa, un día recibió su primera remuneración. “Mi primer trabajo profesional fue a los 13 años, en el hotel Hilton de Buenos Aires”, revela el percusionista que supo ampliar sus conocimientos en Segovia, España.
Debido a que su nombre comenzó a sonar en el ambiente, D’Auria fue convocado para efectuar giras nacionales, junto al cantautor español José Vélez, primero, y luego para tocar en las salas más renombradas de Capital Federal, como el Gran Rex. En esta última, para acompañar el show de Fernando Samartín. “En este majestuoso escenario fue la única vez que toqué junto a mi padre, quien me admira y siente felicidad porque pude hacer mi camino”, afirma el baterista que fue convocado a programas televisivos de gran encendido, como el de Susana Giménez, con el objeto de acompañar a afamados cantantes.
Intercalando presentaciones en el exterior y en el país, Alan tuvo el privilegio de ser uno de los músicos que, en 2019, participó en la renombrada comedia musical “Fátima es mágica”, protagonizada por la artista Fátima Flores, en la avenida Corrientes.
Debido a su gran capacidad de adaptarse a distintos géneros, el joven baterista se dio el gusto de compartir estudios de grabación, salas teatrales y set televisivos, junto a Miguel Zavaleta, Boodanny, Tormenta, Mariu Fernández, la Orquesta Power Up, Sol Quintas y la tanguera María Graña.
Justamente, su pasión por el tango lo llevó a grabar un disco en vivo, junto al bandoneonista Walter Hidalgo. “Un sueño que tengo en mente, es tocar y grabar en Estados Unidos con mi grupo de tango fusión”, dice D’Auria, quien no desaprovechó la oportunidad de presentarse en festivales de jazz porteños.
Durante su fecunda carrera artística, Alan recibió reconocimientos de medios de comunicación argentinos, como Radio Vorterix y Radio 10. Asimismo, participó en el álbum "731 escrito está" de Héctor Luis Amigorena, que recibió una nominación a los Carlos Gardel a la Música.
A los 23 años D’Auria logró ingresar como músico a uno de los cruceros de la empresa Princess Cruises, encabezando su propio cuarteto de tango-jazz. Su desempeño llegó a oídos de los gerentes de Royal Caribbean, quienes lo alistaron en forma inmediata. “Arriba de él, me convertí en el baterista de la orquesta de shows de Broadway, del ‘Wonder of the Seas’, el barco más grande del mundo. Sin duda que, el barco me adiestró”, puntualiza el trotamundos artístico.
En abril pasado Alan fue invitado como "endorser artist" por la prestigiosa marca de parches Remo al evento de la NAMM Show, la exposición más importante de la industria de los instrumentos musicales, realizado durante tres días en Anaheim, California. Una invitación que posiciona a D’Auría como embajador de la música argentina en el escenario mundial.
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Al igual que su padre, D’Auria siempre se ha dedicado a la docencia en la escuela de su progenitor. “Siempre me interesó contribuir con mis conocimientos a las nuevas generaciones de bateristas”, destaca el percusionista.
A esta altura de su vida, sabiendo que un sueño no se hace realidad por medio de la magia; se necesita sudor, determinación y trabajo duro, el baterista argentino tiene un sueño: “me gustaría tocar con el español Alejandro Sanz. Fundamentalmente, porque me llega su música melódica”, concluye Alan D’Auria, quien aspira también a transformarse en baterista de “Toto”, la afamada banda de rock estadounidense.
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