La obra “El loco de Asís” se estrenó hace más de 40 años con el músico y compositor Martín Bianchedi y el coreógrafo Rubén Cuello, bajo la dirección de Manuel González Gil. Luego de cuatro décadas de democracia y en un momento muy especial en el espíritu y en la religiosidad de todos los argentinos y de toda Latinoamérica, “El loco de Asís” regresa a escena.
Luego de un intenso y minucioso casting realizado por González Gil, Bianchedi y Cuello, el elenco ya está listo para recrear la obra en el emblemático Auditorio Marín de San Isidro.
"Jóvenes actores, bailarines y cantantes audicionaron para formar parte de nuestro musical. Todos ellos, jóvenes de corta edad pero de vasta experiencia en el género. Artistas de una gran preparación, disciplina y talento que han decidido unirse a nuestro proyecto para cantar y gritar el mensaje de Francisco", señala González Gil.
Una historia nacida durante la Dictadura
"Escribí esta obra incluso varios años antes de estrenarla cuando el país vivía una de las páginas más negras y violentas de su historia. Cuando la vimos plasmada en un escenario comprobamos que las palabras de Francisco Bernardone resonaban entonces como un grito de vida y esperanza ante tanta muerte, locura e irracionalidad", cuenta su autor, González Gil.
Ese “loco” fue ganador de innumerables premios teatrales: A.C.E, Estrella de Mar, Santa Clara de Asís, Secretaría de Cultura, Cruz de Plata San Andrés, entre otros, y fue llevado por toda Latinoamérica y Europa en la década de los ochenta.
"Concurrimos a todo festival nacional e internacional que solicitara nuestra presencia, terminando su derrotero a comienzos de los noventa, cuando el Teatro Nacional Cervantes le abrió sus puertas para que tuviera una inolvidable despedida, protagonizada por el primer actor Germán Palacios, junto a Laura Oliva, Héctor Pillatti, Mariana Torres, Sandy Brandauer, Mara Bestelli y tantos jóvenes talentosísimos de entonces, a sala llena durante más de seis meses", recuerda el autor y director teatral.
"Todavía puedo recordar, como si fuera hoy el difícil momento que tuvimos que atravesar en oportunidad de su estreno, cuando un grupo sumamente reaccionario de la iglesia creyó ver en mi obra vestigios de una blasfemia sensual e intentó que la censura cerrara las puertas del teatro y no nos permitiera más su representación", indica González Gil.
Y su memoria da otra vuelta más por el pasado: "Todavía puedo recordar, como si fuera hoy el miedo con el que salimos a defenderla, intentando explicar que el mensaje del despojo y la pobreza que pregonaba Francisco Bernardone, era el mensaje de un hombre santo que vivió la pobreza del mundo como propia, las injusticias de ese mundo como sus injusticias y que se comprometió con sus verdades hasta sobrepasar los límites del ser humano".
"Todavía puedo recordar y hasta casi verme tratando de explicar lo inexplicable ante mentes tan cerradas y obtusas, que solamente podían ver enemigos peligrosos y banderas extremistas en los que pregonaban un compromiso de vida y obra con los más humildes", agrega.
González Gil recuerda que ante la ola de críticas y cuestionamientos que se generaron sobre todo en el sector católico luego del estreno de la obra, la iglesia decidió mandar a un veedor para que a partir de su evaluación se determinara si se debía o no permitir que se mantuviera la puesta en escena.
En este marco, la Iglesia de Argentina designó en el verano de 1983 al rector de la Escuela Superior de los Jesuitas en Buenos Aires, el Colegio Máximo de San Miguel, y una voz influyente provincial de los Jesuitas, el entonces sacerdote Jorge Bergoglio para ver el musical y determinar si debían suspenderse sus presentaciones o que continuara en cartelera.
"Todavía puedo recordar como si fuera hoy la llegada del entonces sacerdote Jorge Bergoglio para presenciar nuestra obra en los jardines del Museo Fernández Blanco en el verano de 1983, y verlo aplaudirnos y darnos su aliento para que siguiéramos adelante a pesar de las críticas y obstáculos que se nos interpusieron", suma y se emociona ante la reciente partida del Papa argentino.
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