Nada queda del vínculo de revista entre Gloria Carrá y Luciano Cáceres, sin embargo, la intérprete detalló, por primera vez, cómo es el conflicto interno, qué bienes hay de por medio y sostuvo que ella fue “una vidriera” para el intérprete que, hasta su casamiento, se dedicaba al teatro independiente.
No obstante, Gloria descubrió una nueva pasión entre tanto conflicto: la intérprete de 53 años de edad recordó: “Empecé a actuar a los ocho años”. Sin embargo, a pesar de que vive con ella desde muy corta edad, su faceta musical salió a la luz recientemente: “La primera vez, me llevaron a un casting porque cantaba, no porque actuaba”.
“Tocaba la guitarra y componía canciones, pero no se lo mostraba a nadie”, añadió al tiempo que reflexionó: “Hay una gran diferencia entre la cantante y la actriz y eso es lo que más me gusta. Si escuchás mis canciones, me conocés”.
Por su parte, negó estar en pareja: “Me llevó muy bien conmigo y me gusta mucho estar sola. Aprendí mucho. Ahora llevo un año y medio soltera. Lo peor que uno puede hacer por no estar solo, es engancharse con personas y hacer las cosas mal".
A la hora de hablar del padre de su hija menor, reveló: "No lo podemos resolver porque él no quiere. Hace 10 años que nos separamos y no tengo ganas de decir que la estoy pasando bien cuando no es así. Es un tema que me moviliza. Es un tema que (...). No me gusta la exposición. Si bien todos saben de mi vida, nunca hice mediática alguna relación”.
“Me casé enamorada, estuvimos nueve años juntos y ocho de casados. Él hacía teatro off y todos se preguntaban quién se casó conmigo. Fue una vidriera para él, no lo digo de manera peyorativa, pero era la condición”, recordó.
Es que el meollo del asunto se basa en cuestiones materiales: “Siempre tuve, cuando me pude comprar, mi casita y mi auto. Ahora sólo tengo mi casa. Cuando nos casamos, vendí mi auto, compramos uno en común, después se compró otro auto y él me dijo de ponerlo a su nombre lo que para mí era mejor porque soy despistada”.
“Me cuesta hablar de él porque hay algo de que, cuando las mujeres exponemos, somos las locas y las que no cuidamos el nido, cuando en realidad creo que es todo lo contrario. No cuidar el nido, para mí, es ejercer violencia psicológica y económica sobre la madre de tus hijos. Hablar hoy, es el ejemplo que le doy a mis hijas”.
Asimismo, asumió que la violencia económica, la reflejaba en primera desde la separación: “Si bien, el auto quedó a su nombre, lo tengo yo porque sino no podría llevar y traer a mi hija a todos lados. Pero no puedo disponer desde el 2012 y él pagó el seguro y la patente. Entonces, me dice que si me lo devuelve, le tengo que pagar todo”.
“Esto no me gusta. Quiero que repartamos lo que se debe y que esto termine porque hasta energéticamente no me gusta. Quise abandonar mucho esto y mi psicóloga me ayudó a que no. No hay mucho, no es un juicio millonario. Hay dos casa en Tortuguitas que hicimos durante el matrimonio”, concluyó al respecto.
Por último, la intérprete se redescubre en Sex la obra: “Estoy súper cómoda. Sex me trajo muchas alegrías. Cuando José me llamó, hace seis años, para estar en Gorriti Art Center, en Experiencia Sex nos juntamos, me contó sobre el proyecto que todavía no estaba escrito y sabía que lo tenía que hacer, lo sentí en el alma”.
“No me conformo, siempre quiero cambiar y desafiarme, entonces pensé que hay algo ahí, de lo sexual, en lo que me quería explorar porque me haría bien para mí, para mi vida y me pasó eso. Me dio mucha alegría y libertad poder hacerlo”, concluyó la artista.
NA
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