René Bertrand falleció a los 53 años hace dos semanas y dejó dos hijos que abrazan a su abuela, María Rosa Fugazot, cuando extrañan a su papá, por su parte, la actriz se lamentó que ni sus nietos ni ella pudieran darle la mano al actor a la hora de partir.
Así, Fugazot con un intento de coraza para no derrumbarse, explicó: “Estoy en piloto automático porque no puedo explotar, gritar o llorar. Es como si tuviera un agujero negro de un balazo de cañón, no puedo exteriorizar”.
“Duermo de a dos horas. Él está, como dice mi nieta, aunque no lo veamos. Ellos lo aplauden, le cantan y le hacen dibujos. Pero el no más (...) Saber que no lo toco y no lo veo”, continuó la actriz al tiempo que se lamentó: “Él me dijo que no me preocupe, que salía. Pero no tuvo tiempo”.
Es que el intérprete había iniciado una incipiente pelea contra el cáncer y más tarde falleció por un virus invernal. Entre la vorágine, la intérprete no se pudo despedir de su hijo: “Tuve a mi mamá y a mi papá de la mano cuando se fueron y eso me hizo muy bien. Con él no pude”.
Asimismo, la artista soltó una primera frase al hablar sobre sus nietos Sofía y Franco de 7 y 5 años respectivamente: “Hospital de mierda que no dejaron entrar a los chicos para que le den un beso al papá”. El actor estuvo internado en un nosocomio de la Ciudad de Buenos Aires tras el colapso.
“La nena me abraza y me dice ‘Perdón abuela, pero como no lo tengo a papá, te abrazo a vos que sos un pedacito de él’. Tenemos tanto que aprender de los pibes”, contó la intérprete de la misma manera que se alegró: “Me queda el orgullo de haber criado a un gran tipo”.
NA
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