El mundo del rock está de luto. Ozzy Osbourne, el icónico cantante de Black Sabbath y una de las figuras más influyentes en la historia del heavy metal, murió este martes a los 76 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado, en el que informaron que falleció "rodeado de amor".
El artista, conocido mundialmente como el "Príncipe de las Tinieblas", había enfrentado numerosos problemas de salud en los últimos años, incluyendo una dura batalla contra el mal de Parkinson, que lo obligó a retirarse de los escenarios y cancelar sus giras.
Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham, Inglaterra, Ozzy saltó a la fama en la década de 1970 como la voz inconfundible de Black Sabbath, banda pionera del heavy metal. Con clásicos como "Paranoid", "Iron Man" y "War Pigs", su estilo vocal y su presencia escénica definieron el sonido y la estética de un género.
Tras su salida de la banda, forjó una exitosa carrera como solista con hits como "Crazy Train" y "No More Tears". Su leyenda también se alimentó de polémicos episodios, como el famoso incidente en el que le arrancó la cabeza a un murciélago en pleno escenario, consolidando su imagen de rebelde indomable.
En la década del 2000, Ozzy se convirtió en una improbable estrella de la telerrealidad con el exitoso programa de MTV "The Osbournes", que mostraba el día a día de su vida familiar junto a su esposa Sharon y sus hijos Kelly y Jack, revelando un costado más vulnerable y caótico que lo acercó a una nueva audiencia masiva.
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