Hace ya año y medio que los actores Olivia Wilde y Jason Sudeikis se separaron. Durante casi una década, fueron una de las más reconocidas y estables parejas de Hollywood: empezaron a salir en noviembre de 2011, se comprometieron en 2013 —nunca se casaron— y tienen dos hijos en común, Otis Alexander y Daisy Josephine. Sin embargo, a finales de 2020 anunciaron su separación y apenas unas semanas después se conoció la nueva relación de Wilde: salía con el cantante Harry Styles. Sin embargo, ahora un nuevo paso en el guión de su separación ha tomado un giro inesperado.
Todo empezó la noche del martes cuando Wilde, de 38 años, se subía al escenario del Caesars Palace’s de Las Vegas (Nevada, EE UU) durante un evento cinematográfico llamado CinemaCon. En él presentó la película Don’t Worry Darling, la segunda que dirige tras Súper Empollonas, y que está protagonizada por ella misma y también por Florence Pugh, Chris Pine y por Styles, su actual pareja y a quien conoció en el rodaje. Vestida con un traje azul oscuro y ante el público congregado, Wilde estaba empezando a hablar de su cinta, ambientada en los años cincuenta y que llegará el próximo otoño, cuando una mujer se acercó al escenario.
La mujer le tendió a Wilde un sobre grande, marrón, sobre el que se leía: “Personal y confidencial”. “¿Esto es para mí?”, contestó ella con cierta sorpresa, comentando que le resultaba “muy misterioso”. Todo ello en plena presentación, tal y como han afirmado testigos presenciales en varios medios, que creyeron que se trataba de un guión. Después de un "Gracias, lo tengo”, la actriz y directora lo abrió, lo miró y siguió adelante con su presentación, mostrando un tráiler de la película y explicando detalles sobre ella. Sin pestañear. La anécdota podría quedar ahí. Sin embargo, el medio especializado en cine Deadline ha dado a conocer que el sobre contenía una serie de documentos judiciales relativos al acuerdo de custodia de sus dos hijos enviados por el equipo legal de su expareja, Sudeikis.
Ninguno de los representantes de ambos han querido explicar nada sobre el asunto, aunque fuentes cercanas al actor le han explicado tanto a Variety como a People que Sudeikis “no tenía conocimiento previo” de que le iban a entregar a Wilde los documentos en plena presentación ni del “momento o el lugar en que se iba a entregar el sobre”. “Eso dependía solo de la empresa de reparto involucrada, y él nunca aprobaría que se realizara una entrega de un modo tan inapropiado”, han dicho sobre esos documentos, que “buscaban establecer la jurisdicción acerca de los niños de Wilde y Sudeikis”, afirman esas fuentes.
Por otra parte, un abogado especializado en asuntos de familia que ha hablado con la revista People ha asegurado que es “altamente improbable” que Sudeikis no supiera los detalles de cómo se iba a realizar esa entrega de documentación legal a Wilde. “Si vas a llegar a tal extremo de hacerlo de manera pública, de un modo en que avergüences al otro, no puedo comprender que el cliente no lo sepa. Como abogado, estás obligado a compartir la mayor parte de las cosas que haces con tu cliente”.
Ese sabotaje, inesperado o calculado, también ha afectado a la organización del festival. Wilde estaba hablando de su cinta ante un público de más de 4.100 personas de la industria del cine, que la aplaudieron tras la presentación de un tráiler que ella presentó con toda naturalidad tras recibir los papeles. Según Deadline, toda persona que accede a la sala y que no pertenece al mundo del cine (actores, productores, exhibidores...) deben adquirir una entrada específica con una chapa; por tanto, la mujer que le entregó el sobre debería estar identificada al haberla comprado.
El director de la cita cinematográfica ha asegurado que “jamás, en la historia de la convención” les ha ocurrido algo así, “un incidente donde un delegado se haya aproximado al escenario sin estar autorizado”. “A la luz del incidente, estamos reevaluando los procesos de seguridad para todos aquellos que acudan”, ha explicado.
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