"Narices" fue estrenada en 1984 en el Teatro Lorange (hoy Apolo), protagonizada por Andrea Tenuta y Roberto Catarineu. La obra fue el inicio de las historias de payasos en la dramaturgia de Midón: dos payasos salían de la buhardilla en que se habían ocultado largo tiempo, “para que se vean las cosas del color de las mariposas, para que se vea la vida una vez y otra vez encendida", según cantaban.
“Los payasos son los que pueden hablar de todo, un payaso es una persona que respira por los demás", indica el director musical de la obra, Carlos Gianni.
Cuando Midón y Gianni crearon "Narices" hace más de cuatro décadas, quizás no podían imaginar el impacto duradero que tendría en generaciones venideras.
En estas vacaciones de invierno, en el escenario del Teatro Devoto las luces se encienden y la magia de "Narices" vuelve a cobrar vida en cada risa, en cada carcajada, se encuentra la fuerza de la libertad y el poder de la expresión.
Este espectáculo icónico, lleno de color y música, se convierte en un puente entre el pasado y el presente, recordando que el arte es un catalizador de emociones y un reflejo de la identidad como pueblo.
Cada personaje que pisa el escenario es un recordatorio de la diversidad que enriquece como sociedad. Cada uno nos muestra que la democracia no solo es un sistema político, sino un espacio donde todas las personas tenemos voz y donde la diferencia se celebra. Es un tributo a esos 40 años de valentía, perseverancia y lucha por la justicia, que nos permitieron avanzar
hacia una Argentina más inclusiva y plural.
La obra enseña que la democracia es un tesoro preciado que debemos proteger y valorar. Nos recuerda que los artistas tienen el poder de abrir puertas y derribar barreras, dejando una huella imborrable en la historia colectiva.
Se puede ver los días 19, 21, 28 y 31 de julio a las 15 en el Teatro Devoto (Av. Lincoln 3815, CABA). Entradas en la boletería del teatro o Ticketek.
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