Que el alcohol al volante es una imprudencia no es novedad, lo sabemos todos. Más allá de esto, quisimos averiguar de qué forma impacta el consumo de bebidas alcohólicas en nuestros reflejos a la hora de manejar.
Para lograrlo, juntamos a diez voluntarios, cinco mujeres y cinco hombres de diferentes edades y contexturas físicas. Los llevamos a la planta de CESVI en Pilar, a la pista especializada para hacer diferentes pruebas de manejo, contamos con la presencia de médicos, ambulancia, permisos firmados por todos los participantes, cámaras en la pista, drone, cámaras dentro del auto y una barra libre.
Los separamos en dos equipos para que hagan, cinco una prueba esquivando conos y los otros cinco una prueba de frenado para medir sus capacidades de atención y reacción.
Primero las hicieron sobrios, seguido de esto, pasaron al espacio donde se encontraba la barra libre con el alcohol que quisieran tomar, durante dos horas.
Después volvieron a la pista para repetir las pruebas, donde el personal de CESVI le hizo un test de alcoholemia a cada uno. En diferentes grados, a nueve de diez les marcó alcohol en sangre, casi todos por encima del permitido, incluso hasta triplicando el valor. Hay un caso llamativo donde el metabolismo es el protagonista.
Ya sabemos que el alcohol y el manejo no se llevan bien, ahora podemos ver concretamente por qué.
Agradecimientos:
- CESVI Argentina
- Santo Trago | @santo_trago
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