La parroquia que funciona en la Villa Zabaleta, “Nuestra Señora de Cacupé”, tiene un “hospitalito”, un consultorio médico que atienden a los vecinos que tienen enfermedades graves como la tuberculosis o que son adictos, que carecen de método y de sistematicidad para cuidarse y tratarse.
El sacerdote Facundo dice que lo fundaron cuando empezaron a ver que los adictos al paco morían en los pasillos del barrio, sin atención médica. Un hecho humanamente inadmisible. En ese lugar registramos a los pacientes que se atienden, sus historias, situaciones de atención médica.
Además, en el hospitalito tienen tres habitaciones con dos camas cada una, para que aquellos que se encuentren en una situación terminal, puedan pasar sus últimos días de manera digna.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, la tasa de tuberculosis crece ininterrumpidamente desde 2013 en las villas de la Ciudad de Buenos Aires. La pobreza, el hacinamiento, el consumo de drogas, la desnutrición y la exclusión aumentan su posibilidad de contagio y propagación.
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